EDITORIAL

Espaldarazo a lucha contra la corrupción

El dos veces candidato a la presidencia de Guatemala Manuel Antonio Baldizón Méndez recibió el pasado martes un duro revés a sus aspiraciones de encontrar asilo en Estados Unidos, donde está detenido desde enero, porque un juez de Florida le denegó tal solicitud y ordenó su deportación. El sindicado dispone de treinta días para que sus abogados apelen la resolución.

La justicia estadounidense tiene por norma no emitir comentarios respecto de casos judiciales, en resguardo de la privacidad de los sindicados, y hasta ahora los datos son escuetos, aunque suficientes. Se sabe que un juez de inmigración no encontró motivos para conceder asilo a Baldizón.

El excandidato presidencial es requerido por la justicia guatemalteca, que busca procesarlo por supuestamente haber recibido alrededor de 9 millones de quetzales en coimas de la constructora brasileña Odebrecht. Además, es señalado por los delitos de asociación ilícita, cohecho pasivo y lavado de dinero y otros activos.

Esta resolución de la justicia estadounidense constituye un fuerte revés a las prácticas de corrupción, pues la detención de Baldizón en ese país fue producto de haberse planteado varios cargos en su contra y la tramitación de su captura implicó que la orden de detención internacional pasara antes en Guatemala por un proceso de cancelación de visa, lo que permitió su aprehensión.

El fundador y jerarca máximo e indiscutible del extinto partido Libertad Democrática Renovada está a punto de convertirse en el primer político guatemalteco en ser extraditado de Estados Unidos, y aunque sin duda interpondrá acciones para demorar su deportación, es casi seguro que en un tiempo relativamente corto podría enfrentar a la justicia guatemalteca por los casos que se le tienen documentados.

De los varios personajes, entre ellos exfuncionarios guatemaltecos, buscados por la justicia guatemalteca, Baldizón se convierte en el primer político detenido en otro país y a las puertas de ser extraditado por acusaciones de corrupción, en la compleja coyuntura nacional. Esto es un aliciente para el sistema de justicia de Guatemala, que encontraría en este caso la posibilidad de procesar a otro de los políticos que más incidieron, junto a la dirigencia del también desaparecido Partido Patriota, en la cooptación del Estado.

Esa mancuerna de perversidad entre un grupúsculo de políticos, dignatarios y funcionarios hizo un enorme daño al funcionamiento de las instituciones y en estos días se puede ver precisamente cómo algunos de los procesados manipulan procesos para entorpecer el avance de la justicia, lo cual es posible porque todavía existe una perversa dependencia de altos representantes del sistema jurídico nacional, al haber sido electos por esos políticos.

Sin embargo, la aprehensión de Baldizón en el aeropuerto de Miami, cuando intentaba ingresar de manera ilegal a Estados Unidos, abre la posibilidad de hacer que personajes como él rindan cuentas ante la justicia guatemalteca por delitos que tanto el Ministerio Público como la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala les atribuyen, aunque aquí podría transcurrir un largo período para llegar a fallos definitorios.

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