CON OTRA MIRADA
Entre el caos y amenazas subsiste la esperanza
Esta semana viajé a la ciudad capital para hacer gestiones personales, de trabajo, entregar un memorial en el Ministerio de Cultura y Deportes, resultado del II Foro ¿Qué ciudad queremos? Importancia de la planificación del territorio, celebrado un mes atrás, y disfrutar del almuerzo familiar de los miércoles.
Desde el día anterior, cuando se anunció la manifestación de los denominados “maestros” de Educación Pública, que saldría del también mal llamado Obelisco (monumento a los Próceres de la Independencia) hacia el Palacio del Congreso, decidí pasar reproduciendo el documento a entregar y llegar al Centro Histórico bordeando la ciudad, a fin de evitar el consabido congestionamiento vehicular.
Después de largas horas perdidas en aquella caótica ciudad al llegar a la Plaza Mayor, a eso del mediodía, fue notoria la presencia de “maestros” y de malencarados agentes de la SAAS custodiando la puerta principal del Palacio Nacional, cerrada a piedra y lodo, impidiendo el ingreso, so pretexto de un acto protocolario en curso. Uno de los agentes indicó que sería cosa de un rato. Reclamar lo absurdo de la medida, puesto que una cosa es un acto de Estado en uno de los patios y otra el funcionamiento del Ministerio de Cultura, fue tan inútil como hablar con la fuerte e intimidante reja de hierro forjado que cierra el recinto.
Pasado el mal momento, mi compañera de gestión se acercó al segundo agente, preguntando cuánto tiempo habría que esperar, a lo que, sin dilación ni gesto alguno, respondió: una hora, más o menos. Decidimos enfilar a la casa familiar y volver por la tarde, después del almuerzo.
Regresar desde el sur de la ciudad implicó una hora más entre el tránsito. Al llegar, de nuevo las calles aledañas y la propia Plaza Mayor estaban copadas por hordas intimidantes. La puerta principal del Palacio Nacional estaba flanqueada por un cordón policial, cuya amabilidad y gentileza contrastó con la amenazante presencia de los pretorianos del mediodía, indicándonos que el ingreso era por la puerta trasera.
El Palacio estaba rodeado en sus cuatro costados por esa masa informe de “maestros”, cuya actitud lucía ajena e indiferente a todo vestigio de interés académico y humanista, propio de la docencia que les da el título y que debería caracterizarles, pero claramente amenazante y dispuesta, ante la primera provocación, a escalar las eclécticas y aparentemente inexpugnables murallas de la casa de gobierno.
Llegados a la puerta trasera indicada, otra vez agentes de la SAAS impedían el acceso. Ahora, con cierto dejo de cordialidad sugirieron llamar a la dependencia buscada, solicitando bajar a recibir nuestro mensaje.
Todo ese esfuerzo obedece al empeño de vecinos antigüeños en apoyar la conservación y desarrollo de su ciudad, motivo de orgullo local y fuente de identidad nacional. En esta oportunidad, contenido en la aprobación del referido II Foro ¿Qué ciudad queremos? para que el Estado de Guatemala ratifique, por medio del Ministerio de Cultura y Deportes, la solicitud al Centro de Patrimonio Mundial para enviar una misión de asesoramiento técnico de Icomos Internacional para La Antigua Guatemala, ante el franco deterioro al que ha estado sujeta, así como la amenaza de proyectos de desarrollo inmobiliario que atentan contra la conservación de aquel patrimonio mundial, denunciado en mayo de 2010 por las asociaciones de vecinos y arquitectos Salvemos Antigua y Diego de Porres, respectivamente.
La misión fue aprobada en diciembre de 2015 por la directora de aquel alto organismo, señora Mechtild Rössler, quien espera señas de interés local.
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