DESDE GINEBRA

El trabajo y la tecnología

Eduardo Sperisen

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Mucho se ha especulado sobre la relación futura de las nuevas tecnologías y el mundo laboral, pero la pregunta del millón es: ¿cómo afectará el progreso tecnológico a la fuerza laboral? En particular cuando se trata de qué tipo de ocupaciones son las que se crearán, cuáles sobrevivirán y cuáles desaparecerán. Lo cierto es que estamos en un momento de transición del concepto de trabajo, entramos en una nueva época que cada vez más está influenciada por la tecnología inteligente, sobre la cual es importante reflexionar.

Varios expertos en temas tecnológicos alertan que la próxima época de innovación tecnológica en el terreno laboral será de las más convulsivas que las que la precedieron. Para muchos, el impacto de las nuevas tecnologías en su puesto de trabajo es un tema que preocupa con el surgimiento de robots, como también por la nueva revolución industrial con la inteligencia artificial y la transformación digital de las empresas.

Las interrogantes que inquietan, dado su alcance son, entre otras: ¿Qué consecuencias traerán las nuevas tecnologías para el mundo laboral? ¿Hasta qué punto suplantarán los robots el trabajo humano? ¿Cuál es la mejor forma de prepararse en materia de educación? En general, se espera que algunas carreras y profesiones no solo se mantendrán, sino que adquirirán una mayor importancia en el futuro.

Es necesario entender y estudiar la nueva era tecnológica, así como sus efectos que podría tener en el trabajo futuro. No toda la mano de obra es reemplazable, pero la inteligencia artificial podría impactar a la mayoría de los puestos de trabajo como hoy los conocemos, aunque también es sabido que los avances tecnológicos estimulan la productividad, lo cual genera empleo con mejores ingresos para una mejor calidad de vida para la población en general.

La nueva era del futuro laboral debería poner fin a la discriminación en general, pero especialmente al de las mujeres en el mundo del trabajo. La tecnología debe estimular el servicio del desarrollo social, económico y medioambiental, aportando el cambio de nuevos enfoques de crecimiento y desarrollo.

Sin embargo, se necesita impulsar políticas y programas gubernamentales que faciliten la oportuna reasignación de los empleos tradicionales que tienden a disminuir, hacia los nuevos trabajos que el mercado va a demandar, esto quizás no ayude a las personas que están menos preparadas para beneficiarse del cambio, pero la población requiere de soluciones para enfrentar este desafío.

Desde fines del siglo pasado, con el inicio de la robotización, la revolución electrónica y digital sacaron del mercado, a muchos obreros, telefonistas, oficinistas y empleados bancarios. Con esta experiencia, no se requiere de una bola de cristal para anticipar que algunas actividades actuales difícilmente sobrevivirán en el futuro.

No obstante, entre los optimistas se encuentran algunos convencidos que, al igual que en el pasado, la tecnología creará muchos más empleos que los que se destruirán. Entre los futurólogos del mercado laboral hay un debate a escala mundial en cuanto a cual será la suma final de esta ecuación de trabajos perdidos por la tecnología y los ganados con las nuevas innovaciones.

Es importante reflexionar sobre lo que esta nueva era tecnológica podría significar para los países en desarrollo. El conocimiento de la nueva era tecnológica aún no han llegado a muchos de los ciudadanos del mundo, que todavía no tienen acceso a electricidad, agua potable, salud y educación avanzada, cuestiones que se dan por descontado en las economías mas desarrolladas.

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