CATALEJO
El inicio de nueva etapa en la historia
LA ELECCIÓN DE DONALD Trump es un hecho cuyas características lo hacen convertirse, a mi criterio, en el afianzamiento de una nueva etapa histórica ya comenzada en algunos otros países occidentales. Me refiero a la manifestación clarísima de agotamiento y de rechazo a la manera de hacer política a través del sistema de partidos, instituciones vistas como feudos de determinados grupos. Se puede hablar del inicio de una “revolución evolutiva”, es decir no violenta como lo fue la Revolución Francesa, por ejemplo. Pero es imposible no notar los motivos subyacentes, de amplia variedad también. Es un rechazo a una serie de criterios a los cuales se les ha dado carta de ciudadanía desde hace años, y se les ha creído aceptados por todos.
SE DEBE PENSAR EN las razones de la popularidad de posiciones retrógradas para muchos, sobre todo los blancos, como el rechazo a las actuales posiciones en temas tan conflictivos como el aborto, la libertad religiosa y la pertenencia a grupos humanos considerados enemigos. Estos son solo unos de los asuntos cuya importancia en el resultado de la elección será más comprendida conforme pase el tiempo. Se debe pensar en señalar la urgencia de repensar los efectos de los resultados sociales de teorías económicas basadas la valorizar exageradamente la ganancia, eliminar las relaciones antes existentes entre economía y política, o economía y pertenencia a un país, para afianzar la calidad de apátrida de las inversiones de capital.
LA HISTORIA ESTÁ LLENA de ironías. En este caso se asoma con el factor de ser el partido político estadounidense representante de los criterios causantes de la escasez de empleos sufrida por quienes ahora se lanzaron a las urnas a soñar con el regreso de los beneficios perdidos. Es un voto de castigo contra el sistema, pero cuyo símbolo fue la candidata receptora de las peores diatribas conocidas en los 240 años de vida de Estados Unidos. Nada importó a los votantes pro Trump, cuya reacción fue ciega, emocional, pero explicable porque querían castigar también la falta de cumplimiento de promesas políticas demócratas, muchas imposibilitadas de realizarse por el dominio republicano tanto en el Congreso como en el Senado, situación sin cambio.
ME PARECE TAMBIÉN VÁLIDO pensar en cuáles serán las consecuencias futuras para quienes propiciaron ese cambio. La campaña fue basada en simplezas conceptuales, pero las mayores fueron las republicanas. Al establecer, o más bien sacar a la superficie dudas y decepciones a causa de la manera cómo funcionan instituciones, como las legales, nadie entre los políticos tradicionales quiso analizar las reacciones populares respecto a hechos como los premios multimillonarios a los banqueros causantes de la crisis de la burbuja inmobiliaria de hace algunos años. Este es un ejemplo de sucesos cuyas víctimas fueron afectadas por el resto de sus vidas. Se presentó el espejismo de “hacer a América grande otra vez”. Y corrieron a buscarlo.
LOS GRANDES CAMBIOS EN el mundo han comenzado con hechos aparentemente simples, como la llegada de una carabela española a una lejana isla del Caribe. En este caso, el hecho de depositar un voto se convirtió en un tsunami al ser depositado por casi 60 millones de estadounidenses, cifra superior a la población total de España, Italia, Colombia, Argentina, Chile, considerados individualmente. Pero un número casi igual votó por la candidata derrotada. Eso ayuda a explicar por qué se puede hablar de una división en Estados Unidos como no se veía desde la Guerra Norte contra Sur, 1861-65. Chocaron dos tsunamis, por decirlo así, y las consecuencias de lo ocurrido no permitirán la casi imposible tarea de unificar al país.