DE MIS NOTAS

El IGSS en los ojos de Abril

|

En la contraportada del libro se lee “Los guatemaltecos no poseen hoy una verdadera seguridad social. El IGSS, creado en otra época y en el que tantas esperanzas se depositaron, no alcanza a proporcionar jubilaciones y pensiones dignas ni a brindar una efectiva atención en salud. Su historia es frustrante: a pesar de algunos intentos de administrarlo de una mejor manera, no ha logrado convertirse en el instrumento que Guatemala necesita para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. ¿Por qué ha sucedido esto? ¿Es por los hombres que lo han dirigido o se trata de un fallo mas profundo, de lo errada de su misma concepción?

El libro es “Del Monopolio a la Libertad” y el escritor es Alfonso Abril, un joven y acucioso investigador que analiza el tema de un modo sistemático y científico presentándonos sus hallazgos con claridad y rigor. No se limita a describir la situación actual, sobre la base de sólidos datos, sino que analiza los fundamentos y las ideas cruciales sobre el problema y nos ofrece razonadas propuestas para resolver un grave y doloroso problema humano.

Uno de los hallazgos más importantes de Abril en esta investigación son las causas del fracaso de la seguridad social que después de 70 años no ha logrado funcionar con éxito: En primer lugar porque el Instituto tiene su origen en la mente del “creador” del Instituto y no en las costumbres tradicionales de los guatemaltecos. Adicionalmente, porque anula el derecho de propiedad y el control de los ahorros por parte del trabajador —además, de crear un sistema de administración centralizado y monopólico— y por último, porque se anula la libertad de contratación y de asociación.

Explica Abril que la sobrevivencia del IGSS depende de la legislación y el poder coactivo del Estado y; sin embargo, el Estado tiene una deuda acumulada de más de 35 mil millones y en incremento. Una de las tantas muestras que el IGSS no tiene capacidad de aprender de la prueba y el error, como lo hacen para sobrevivir las instituciones sociales evolucionando conforme a las necesidades de la sociedad.

El problema es más que sistémico, porque, utilizando el concepto de Juan José Arévalo —afirma Abril— el Instituto deshonra “por no respetar la dignidad de la paciente, por ser una Institución corrupta saqueada por políticos, burócratas, empleados, proveedores, y además, porque, en la mayoría de los casos, es un modelo injusto especialmente los con trabajadores más pobres.”

Tampoco es solidario. Hay más de cinco millones de trabajadores que no cuenta con cobertura. Esta cifra incluye el 83 por ciento de las poblaciones económicamente activas, y en este porcentaje los ciudadanos más pobres del país.

Abril es enfático en afirmar que no se trata de privatizar el IGSS o vender los activos. Lo que se propone es desmonopolizar el instituto a través de dos caminos: “El primero, eliminando la obligatoriedad de cotizar y, el segundo, mantiene la obligatoriedad, pero se abre a la competencia. En el primer caso cada trabajador decide como provisionar de manera independiente, para su vejez y sus necesidades de salud. La segunda se inspira en el modelo chileno en la que se implementó, obligatoriamente el ahorro a través de la capitalización individual.”

Alfonso se inclina por la primera, aunque cualquiera de las dos propuestas funcionaria de una manera muy superior al sistema actual que no solo es deficiente en la prestación de servicios a un nivel de “pésimo” —según los propios testimonios de los usuarios—, sino pagando jubilaciones absolutamente indignas.

Un libro de obligada lectura para todo aquel que desee investigar el tema de la seguridad social guatemalteca bajo una lupa histórica con data precisa y rigurosa y con propuestas bien fundamentadas.

¡Felicitaciones Alfonso !

ESCRITO POR:

Alfred Kaltschmitt

Licenciado en Periodismo, Ph.D. en Investigación Social. Ha sido columnista de Prensa Libre por 28 años. Ha dirigido varios medios radiales y televisivos. Decano fundador de la Universidad Panamericana.