DE MIS NOTAS

Efecto Jerusalén 2018 d. C.

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En los próximos días el traslado de la Embajada de  Estados Unidos a Jerusalén, programado para el 12 de este mes, culmina una operación cuidadosamente planificada para darle al presidente Donald Trump importantes armas diplomáticas para la salida anticipada de los Estados Unidos del Acuerdo Nuclear de Irán.

Sin duda, dos acciones previas crean este clímax. La primera con la espectacular operación del Mossad, —el servicio de inteligencia israelí— de lograr sustraer de los archivos nucleares iraníes una formidable cantidad de información —ahora validada por otros servicios de inteligencia aliados— que comprueban fehacientemente que Irán ha venido mintiendo desde la firma del acuerdo con Barack Obama, y en cuyo articulado principal se comprometía a no continuar con el programa nuclear.

Esto nos retrotrae a aquel memorable discurso del primer ministro Netanyahu dado al Congreso estadounidense en el 2015, en el cual predecía la fragilidad del acuerdo nuclear con Irán en términos de credibilidad y el peligro que implicaba la liberación de billones de dólares retenidos por la comunidad internacional a Irán por su peligroso programa de armas nucleares. Un discurso, por cierto, muy mal recibido en la comunidad internacional, coordinado por los republicanos y sin contar con el beneplácito del presidente Obama. Un hecho hasta entonces inédito y que marcó una distancia entre los dos países hasta la entrada del Trump.

Formando parte de este plan, siguen ataques aéreos a objetivos iraníes asociados a Siria en los cuales la fuerza aérea de Israel destruye importantes instalaciones de fabricación de armas y bases aéreas en donde guardaban misiles.

En medio de este tenso escenario, quizás el de mayor fragilidad geopolítica del mundo, la segunda bandera que ondeará a la par de la de Estados Unidos la próxima semana, es la bandera de la República de Guatemala. Un nombre, que en reciente viaje a ese país pude comprobar con choferes de taxi, amas de casa, oficinistas, empleados públicos, guías de turismo y de la boca de funcionarios y miembros del Knesset, el aprecio por nuestro país, al cual desde la fundación del estado de Israel lo ven como un país hermano. No esperaba encontrar una acogida tan amplia.

Viendo retrospectivamente los efectos diplomáticos y políticos que la decisión del traslado de la embajada guatemalteca a Jerusalén ha generado para nuestro país, —tanto de parte de Washington y de la influencia del poderoso lobby judío estadounidense— podemos inferir —desde la visita de Nikki Haley, embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas y las declaraciones de congresistas y senadores— un tono más positivo que fortalece, no solo la imagen del Gobierno de Guatemala, sino a la Presidencia.

Sin duda este viaje a Israel del presidente Jimmy Morales lo oxigenan dentro de la coyuntura actual. El cambio de guardia en el Ministerio Público también le genera la oportunidad de cultivar una relación más sana y menos hostil con la nueva fiscal general y por ende, una nueva línea de cooperación con una Cicig más proclive —dadas las circunstancias de los últimos acontecimientos debilitantes— a encontrar vías de cooperación más pragmáticas de cara a una renegociación del mandato. El acuerdo actual es insostenible.

La opinión de este escribiente es que el dilema que enfrenta este país no es Cicig, sino como combatir la corrupción y la impunidad dentro de un contexto menos agotado y polarizado, con un sistema de justicia más eficiente y apegado a derecho. El reto es encontrar consensos alrededor de una hoja de ruta que enfoque los principales problemas que enfrenta nuestro país, haciendo el gasto público menos opaco y más transparente para invertirlo en salud, educación, seguridad, justicia e infraestructura.

Gobernabilidad, estabilidad, inversión y tregua, la única salida…

alfredkalt@gmail.com

ESCRITO POR:

Alfred Kaltschmitt

Licenciado en Periodismo, Ph.D. en Investigación Social. Ha sido columnista de Prensa Libre por 28 años. Ha dirigido varios medios radiales y televisivos. Decano fundador de la Universidad Panamericana.