EDITORIAL

Ventana internacional de oportunidad

En menos de 24 horas ya se han manifestado más de 20 países y entidades internacionales para felicitar al pueblo de Guatemala por haber celebrado unos comicios pacíficos de segunda vuelta y al presidente electo Bernardo Arévalo, quien no solo es el segundo más votado de la historia, sino que superó por más del 20% de sufragios a su contendiente, Sandra Torres. El asedio del Ministerio Público y de un juez a Movimiento Semilla y el propio Tribunal Supremo Electoral (TSE) no solo aglutinó a diferentes sectores de la sociedad guatemalteca, sino que además situó al país en la mira mundial.

La visita del secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, y el informe emitido tras escuchar al Gobierno, partidos políticos, TSE y grupos interés fue un espaldarazo para la democracia y el estado de Derecho. La concreción del balotaje, sin mayores incidentes y contadas impugnaciones —que no alterarían el resultado conocido—, coloca al país en un proceso de transición que iniciará a partir de la oficialización de resultados que el Tribunal dará a conocer en una semana.

Habrá, sin duda, más expresiones diplomáticas dirigidas al mandatario electo, las cuales constituyen una oportunidad de oro para analizar la política exterior de Guatemala y relanzarla con tres objetivos: posicionar la vocación democrática del país como base de certeza jurídica y aseguramiento de libertades; comenzar a trazar o fortalecer alianzas de cooperación técnica en materia de educación, salud, desarrollo agrícola y tecnológico, y fortalecer o recuperar el papel preponderante de Guatemala en el foro internacional, que quedó limitado por intolerancias e incapacidades.

La necesidad de mayor inversión internacional para la generación de oportunidades no se limita a traer instalaciones de empresas, sino dotarlas de personal calificado. Hay un gran potencial de desarrollo en el plano industrial, así como en el aprovechamiento de los recursos naturales a través de modelos de turismo ecológico comunitario, que atraiga visitantes y genere ingresos, y de esa manera se convierta en incentivo de conservación. Naciones con larga historia en este tipo de gestión visionaria pueden aportar experiencias, y lo mismo cabe decir de la innovación productiva para zonas áridas como el Corredor Seco.

Para alcanzar estos y otros cometidos se necesita de una depuración y reclasificación del personal de servicio diplomático, a fin de que impere la meritocracia y no el clientelismo. Un buen punto de inicio sería la creación de una ley de servicio diplomático adaptada a los requerimientos contemporáneos, dado que la vigente data de hace 60 años y adolece de numerosas oquedades. Existen países amigos con sólida cultura de carrera diplomática que pueden brindar claves de renovación estratégica.

Otra prioridad rezagada es la reingeniería total de la atención consular a los guatemaltecos en el extranjero, en especial a los radicados en Estados Unidos. Los migrantes aportan una quinta parte del producto interno bruto, pero los servicios que reciben tienen notorios problemas logísticos y carencias que bien podrían ser suplidas a través de medios digitales u otras alternativas innovadoras. Además, la petición presencial, respetuosa pero vehemente, de un Estatus de Protección Temporal para los connacionales en dicho país del norte deberá ser atendida de inmediato en la agenda, puesto que de lograrse tal beneficio se marcaría un hito con grandes beneficios.

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