Editorial

Un cortocircuito de contratos aviesos

La certeza en la provisión energética eléctrica es un pilar fundamental de la competitividad y el crecimiento económico.

Cuatro denuncias penales en el Ministerio Público por contratos incumplidos o con visos de ilegalidad  por Q406.7 millones y sospechas de opacidad en proyectos de electrificación por Q565 millones constituyen el más reciente indicio de negocios lesivos durante la anterior administración del Instituto Nacional de Electrificación (Inde)  y el  gobierno pasado.

De entrada es necesario recordar que la certeza en la provisión energética eléctrica es un pilar fundamental de la competitividad y el crecimiento económico. Dicho factor es crucial para la atracción y aumento de inversiones, así como para el surgimiento y expansión de emprendimientos, crecimiento empresarial y desarrollo tecnológico en todo tipo de industrias. En 2023, la demanda total de energía eléctrica subió 6.3% respecto de 2022, y es posible que este año la tendencia se mantenga o incluso se incremente. Para más contexto y dimensión: el departamento de Guatemala consume el 40% de energía nacional.

Le siguen Escuintla, Sacatepéquez, Quetzaltenango y Huehuetenango, que juntos consumen otro 25%. Importante es decir que en estos cinco departamentos de mayor consumo se concentran cuatro de nueve ciudades intermedias con  potencial de crecimiento y desarrollo socioeconómico: Antigua, Puerto  San José, Xela y Huehuetenango, con lo cual se evidencia la correlación entre crecimiento y demanda de electricidad, no solo residencial, sino también industrial y comercial. Así también, los departamentos con menor consumo,  Quiché, Sololá, Baja Verapaz, Jalapa y Totonicapán, abarcan solo el 4.3% del total nacional, pero    potencial para el desarrollo turístico y comercial, por lo cual requieren de mejor acceso a la energía.

Precisamente para extender más condiciones de desarrollo es que se deben hacer  inversiones en generación e interconexión, mediante proyectos funcionales, eficientes, modernos y ejecutados en plazos adecuados.   Pero cuando las ambiciones se encienden, las responsabilidades éticas y aún legales tienen un apagón.  Lo más triste es que se pierde tiempo, recursos, costo de oportunidad, pero de ello nadie se percata hasta que se destapan estos negocios aviesos.

 Ya van varias denuncias de proyectos viales e infraestructura que no fueron terminados, son de mala calidad  o   ya presentan acelerado deterioro, y aún no se sabe el grado de avance de pesquisas por parte del Ministerio Público. Pero como todos los caminos parecen ir a Gerona, ayer se plantearon cuatro denuncias de posible malversación,  falsedad, colusión e incumplimiento de contratos. Entre ellos existen  proyectos de generación fotovoltaica, es decir mediante energía solar, algunos de ellos  en comunidades aisladas, urgidas de energía, pero que tienen cero avance. Otros se ejecutaron con equipos de menor calidad a los ofertados.

No menos preocupantes son   las compras de piezas para plantas generadoras estratégicas como Chixoy y Jurún Marinalá, que aún no son entregadas, un incumplimiento que entraña riesgos para todo el aparato productivo del país. La Fiscalía será la encargada de deducir responsabilidades a las compañías señaladas,  algunas de las cuales presentaron documentación falsa para acreditar  supuesta experiencia. Finalmente, en la conferencia de ayer, el titular del MEM deploró la propuesta demagógica  e irresponsable de algunos diputados para condonar una deuda de Q3 mil millones a  empresas municipales de electricidad ineficientes.     Esos congresistas deberían empezar por donar sus sueldos como abono  y no querer endosar semejante pérdida al pueblo de Guatemala.

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