Editorial

Un anuncio súbito pero inevitable

El discurso de Trump mantiene la promesa de expulsar a miles de migrantes irregulares

La declaración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de que no buscará la reelección quizá hubiera tardado un poco más en llegar, de no haber ocurrido el atentado fallido contra Donald Trump. Ciertamente, el mal desempeño de Biden, sus lapsus, titubeos y gestos confusos, durante el debate del 27 de junio pasado encendió alarmas y preconizó el relevo de aspirante presidencial demócrata. “Tratándose de política, nada es casual”, es una frase atribuida al 32 presidente de EE. UU., Franklin D. Roosevelt, quien ganó cuatro elecciones presidenciales y desempeñó el cargo desde 1933 hasta su muerte, en 1945.


“Estemos seguros de que todo lo que pasa en política está muy bien programado”, son las palabras que completan dicha expresión, que se ha convertido en un axioma de la comunicación política. Sin embargo, el intento de asesinar a Trump le añadió alcance, actualidad y hasta fuerza moral a su campaña por la Casa Blanca. Biden reaccionó políticamente bien al condenar el suceso e incluso llamar por teléfono al candidato republicano para expresarle solidaridad. De hecho, es contrastante la reacción de Trump acerca del retiro de la candidatura, al proferir improperios y descalificativos totalmente innecesarios en esta coyuntura. Pero quizá nada en política es casualidad.


Biden arrastraba ya un desgaste por múltiples frentes: costo de la guerra de Ucrania, invasión israelí a Gaza, la crisis migratoria fronteriza, los diálogos de Rusia y China y los altibajos económicos domésticos. Ese cúmulo de situaciones hacía previsible una segura derrota en las votaciones de noviembre. Sin embargo, analistas políticos afirman que ahora sí se puso interesante la contienda. Ahora es menos predecible, sobre todo porque no se sabe oficialmente quién será presidenciable demócrata.

Biden endosó de una vez la boleta a su vicepresidenta, Kamala Harris, hija de migrantes, ex fiscal general de California y exsenadora. Pero la decisión final depende de los miembros del partido y se tomará en la convención demócrata, del 19 al 22 de agosto próximo, lo cual solo les dejará poco más de dos meses de campaña electoral. En otras palabras, el desafío de nominar a un o una presidenciable para competir contra un robustecido Trump constituye una prueba para la cohesión demócrata en tiempos de crisis. Ciertas medidas de Biden alejaron a los “indecisos” y también a muchos jóvenes que ahora se ven cortejados por el vicepresidenciable republicano J.D. Vance.

Las elecciones de medio término de 2022 fueron un revés para los demócratas, que perdieron la mayoría en la Cámara de Representantes (222 republicanos contra 213 demócratas) y dejaron el senado en un virtual empate. De hecho, Harris, como vicepresidenta, ha sido figura clave, al tener, por ley, ese voto de diferencia y que ha definido a favor del oficialismo varias discusiones de leyes.


Para Guatemala, el destino de Estados Unidos es importante, no solo por ser el principal socio comercial, sino porque allí viven 3.2 millones de compatriotas, la inmensa mayoría indocumentados, pero cuyo esfuerzo conjunto representa el 20% de la economía nacional . Solo de enero a junio la cifra de remesas superó los US$10 mil millones. El discurso de Trump mantiene la promesa de expulsar a miles de migrantes irregulares, a quienes acusa en forma generalizada de criminales. Del lado demócrata, continúa la alianza para promover inversiones y generar oportunidades en Centroamérica, dirigidas, principalmente, por Harris, aunque, es necesario decirlo, su avance es lento y el éxodo al norte continúa.

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