Editorial

Sala da un mazazo a régimen de Mazariegos

Esta elección deja el futuro de la Usac de nuevo en manos de estudiantes y docentes. Hace falta ver si son capaces de unirse para darle un mazazo definitivo al amaño.

Personajes barrigones y con pasamontañas, con pinta de matones, custodiaban accesos del campus central de la Universidad de San Carlos durante las votaciones del 14 de mayo de 2022, de las cuales fueron excluidos arbitrariamente 11 cuerpos electorales para dar paso a la amañada elección de Walter Mazariegos como rector, con el tácito apoyo del anterior oficialismo. Al cuestionar sobre la presencia de los esbirros armados, nadie se hizo responsable, otro indicio del impune gangsterismo que empañó y sigue marcando ese proceso.


Lacayos convenencieros, lambiscones y rastreros acuerparon tal fraude, denunciado con antelación y que proyecta al “rector” Mazariegos en el epígono de un deterioro que comenzó a marcarse más en los períodos de Estuardo Gálvez y Murphy Paiz. Ambos fueron capturados por el caso Comisiones Paralelas, señalados, junto a otros postuladores y operadores de influencias, de haber participado en el amaño de la designación de magistrados de Corte Suprema de Justicia y salas de Apelaciones. Dicho caso fue anulado en junio último, a pesar de las públicas evidencias de reuniones ilícitas: un enorme fracaso para el Ministerio Público que lo planteó en 2020.


Divisiones, reyertas y también el aprovechamiento de vacíos en el reglamento electoral de la Usac —entre estos la exclusión de ciertas escuelas no facultativas y sedes regionales— condujeron a un agitado proceso de elección. Las votaciones del 25 de marzo definieron que dos candidatos tenían 7 cuerpos electorales cada uno, seguidos de otros fragmentados. Los señalamientos de compra de votos, intimidaciones y exclusiones causaron la suspensión de los electores el 26 de abril. Se trasladó para el sábado 14 de mayo, cuando los vigilantes anónimos armados evitaron la entrada de opositores a la votación.


Se declaró electo a Mazariegos con una dudosa mayoría basada en la exclusión de otras facultades. Lo consiguió con el aval de allegados, incluyendo algunos que llevan demasiado tiempo enjaretados en el Consejo Superior Universitario, por falta de elecciones libres, dignas, oportunas y transparentes en unidades académicas. Luego se verían aparentes premios de consuelo, por ejemplo, al excandidato a rector Luis Suárez, exdecano de Ciencias Económicas que avaló a Mazariegos y terminó como candidato vicepresidencial del partido político Vamos.


Pero el cáncer de la Usac surge de las opacidades y ambiciones desmedidas que priman sobre el máximo interés nacional de fomentar la ciencia, cultivar la inteligencia y democratizar la academia. Cada rector, desde hace 25 años, ha superado la mediocridad de su antecesor. Es evidente el rezago de su desarrollo, su avasallamiento politiquero y la falta de planes para ampliar y mejorar sus servicios. El campus central tiene el mismo aspecto de hace tres décadas gracias a los clientelismos, mediocridades y miopías de sucesivos períodos.


El lunes último, la Sala Primera del Tribunal de lo Contencioso Administrativo ordenó al Consejo Superior Universitario convocar a elecciones de nuevos representantes de facultades y escuelas en un plazo máximo de cinco días, debido a que ya se venció hace mucho el plazo de 36 de sus 41 integrantes. Esa estadía ilícita, subrepticia y sucia es uno de los bastiones de Mazariegos y allegados, algunos de los cuales deberán someterse a la votación de sus respectivos cuerpos académicos. So pena de desacato del CSU, la Sala requirió tener un informe del cumplimiento de la orden en 10 días —quedan 8—. Esta elección deja el futuro de la Usac de nuevo en manos de estudiantes y docentes. Hace falta ver si son capaces de unirse para darle un mazazo definitivo al amaño.

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