HAGAMOS LA DIFERENCIA

Controversias por la identidad de género

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El primer fin de semana de septiembre la Plaza de la Constitución volvió a ser abarrotada por ciudadanos que manifestaron un “Sí por la vida”. La plaza se llenó, como no lo había estado desde el  2015, en que se manifestó en contra de la corrupción exigiendo la renuncia de autoridades de gobierno.

La Gran Marcha Nacional por la Vida y la Familia se celebró el domingo 2 de septiembre y la afluencia fue masiva, se unieron católicos y evangélicos para manifestarse en contra del aborto y la identidad de género. El propósito fue mostrar su rechazo a dos iniciativas de ley que esperan entrar a debate en el Congreso: La ley para la Protección Integral y Reparación digna de niñas y adolescentes víctimas de explotación sexual —iniciativa 5376—. Esta legaliza el aborto, y la de identidad de género —iniciativa 5395—, que reconocerá el género de los LGBT: lesbianas, gais, bisexuales y transexuales. En contraposición la iniciativa de ley 5272 pasó la segunda lectura, estando pendiente únicamente el tercer debate, la aprobación por artículos y redacción final, la iniciativa sancionará con 5 a 10 años de prisión a las mujeres que se provoquen un aborto. Quienes provoquen los abortos serán sancionados hasta con 50 años de cárcel. Contempla también cárcel de 2 a 4 años para abortos culposos, los que pueden ser conmutables. No serán sancionados los abortos terapéuticos, cuando la vida de la madre corre peligro. La propuesta de ley prohibirá enseñar como normales conductas distintas a la heterosexualidad. También prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo, las uniones de hecho y la adopción de hijos. Esta propuesta está respaldada por instituciones religiosas.

Alrededor del tema se ha generado mucha controversia, y se han expresado opiniones hepáticas, que causan polarización en la sociedad. El problema es que quienes han puesto sobre el tapate el tema de diversidad sexual y derechos de la mujer lo han manejado como un tema de actualidad y moderno, tachando de “conservadores” y “retrógrados” a quienes no comparten su opinión. En las redes sociales las opiniones de este grupo son inmediatas y abundantes. El otro grupo en contraposición al primero tiene temor de expresarse.

El ser humano fue creado como “varón y hembra” para poder reproducirse, es contra naturaleza un orden distinto al ser imposible la formación de un nuevo ser. No podemos criticar a la persona como tal, pues cada quien toma sus decisiones, y aunque muchos luchan por salir de esta situación, otros lo toman como normal, pero debemos reflexionar sobre el hecho, pues acarrea una serie de problemas colaterales. La Biblia señala lo siguiente: en 1 Corintios 6:9 “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones”. Aunque la condena es lapidaria, existe para la persona en cualquier momento la oportunidad de arrepentirse. La situación se complica más cuando deciden adoptar hijos, por el ejemplo qué les darán.

Aunque se ha expresado que debe existir tolerancia y no discriminación, lo cierto es que a pesar de que al grupo LGBT en estos tiempos se le ha considerado como normal, el diseño normal del ser humano no fue ese.

Es necesario un óvulo y un espermatozoide para reproducirse, y esto no puede soslayarse. Junto a este tema existen muchos principios y valores que se han perdido y que están causando daño a la humanidad, y la está llevando a su autodestrucción.

samreygo@yahoo.com

ESCRITO POR:

Samuel Reyes Gómez

Doctor en Ciencias de la Investigación. Ingeniero agrónomo. Perito agrónomo. Docente universitario. Especialista en análisis de datos, proyectos, educación digital. Cristiano evangélico.