PUNTO DE ENCUENTRO

¿Confesiones populistas?

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La declaración del expresidente de la Cámara de la Construcción José Luis Agüero Urruela frente a la jueza de Mayor Riesgo D, Erika Aifán, en el denominado caso “Construcción y Corrupción”, confirma la captura y cooptación de la institucionalidad del Estado a través de vías legales y democráticas.

Una estructura criminal tomó la forma de partido político y consiguió, ganando una elección, hacerse del control del aparato estatal para enriquecerse ilícitamente, regular el funcionamiento de la economía y de la administración pública de acuerdo a sus intereses y, de paso, generarse impunidad.

A juzgar por lo que hemos visto hasta ahora, no solamente en este caso, sino en los procesos “La Línea”, “Negociantes de la Salud” o “Cooptación del Estado”, el gobierno del Partido Patriota resultó ser una especie de empresa criminal dividida en departamentos —las aduanas, el Seguro Social, el Ministerio de Comunicaciones, el de Salud y Gobernación e, incluso, los programas sociales y hasta el de Hambre Cero—, desde los cuales se desplegó una enorme red de corrupción que alimentó por millones a los jefes de la estructura y a sus empleados.

Por supuesto que esto no habría sido posible sin la participación de agentes económicos que proveyeron financiamiento —legal e ilegal— y participaron del círculo vicioso de corruptos y corruptores, sobre el que está montado nuestro sistema electoral y de partidos políticos.

Al mejor estilo de las clicas que operan en el país, desde un despacho ministerial, se montó una estrategia de extorsión. Claro está que esta vez no se trató de pandilleros con el cuerpo cubierto de tatuajes, sino de prominentes miembros del sector acomodado del país —sí, esos que no necesitan robar porque ya lo tienen todo—, devenidos en políticos de turno y en paladines de la libertad y el libre mercado, que señalan a todo el mundo de populista.

Supongo que ahora que el señor Agüero Urruela es quien rinde declaración y brinda detalles de lo ocurrido, no existirá la sospecha de que sea un “agente” de la izquierda internacional, un monigote de la Cicig y el MP, un sapo o un conspirador contra el sector económico del país, los políticos y los representantes de movimientos cívicos de la derecha más conservadora.

Lo que Agüero contó pone en blanco y negro lo que ha sido el histórico comportamiento de las élites nacionales en el ejercicio del poder. Porque, lamentablemente, no nos enfrentamos a un caso aislado de corrupción, sino a un sistema que fue diseñado para garantizar los intereses de la clase dominante.

Indiscutiblemente, el PP no es una excepción a la regla; porque no es un tema de “personas”, sino de sistema. Lo que está podrido es el fondo y lo que vemos en la superficie es una manifestación de esa podredumbre; por eso no solamente se trata de “cortar” cabezas, sino de desarmar el mecanismo que las activa.

Hay una estructura más poderosa que subyace y se mantiene más allá de los cambios de gobierno y los actores de turno, y esa es la que se niega a desaparecer y bloquea cualquier intento de transformación de ese sistema que les ha generado privilegios e impunidad.

Por eso no será de extrañar, como ha venido ocurriendo, que la maquinaria de la desinformación se active nuevamente y continúen las campañas difamatorias, que son parte de la práctica corrupta para confundir y deslegitimar. ¡Populistas, terroristas, comunistas, que alejan la inversión!

Después de escuchar la declaración de Agüero, ¿no será hora de cambiar las reglas del juego? Digo…

@MarielosMonzon

ESCRITO POR:

Marielos Monzón

Periodista y comunicadora social. Conductora de radio y televisión. Coordinadora general de los Ciclos de Actualización para Periodistas (CAP). Fundadora de la Red Centroamericana de Periodistas e integrante del colectivo No Nos Callarán.

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