LIBERAL SIN NEO
Variante de enfermedad holandesa
La enfermedad holandesa o mal holandés no es un virus, sino un fenómeno económico. James Chen (2021) sostiene que enfermedad holandesa fue acuñada por la revista The Economist en 1977, en un análisis de la crisis ocurrida en los Países Bajos tras el descubrimiento de grandes depósitos de petróleo y gas en el Mar del Norte, en 1959. La nueva riqueza y exportación de petróleo provocó una brusca apreciación del florín holandés, que redujo la competitividad de sus exportaciones en el mercado internacional, en detrimento de su industria y agricultura. Mal holandés cobró uso para describir la paradoja de buenas noticias, cómo el descubrimiento de yacimientos de minerales o petróleo con el rápido aumento de ingreso de divisas que genera puede causar impacto negativo en la economía en general.
Tomando un poco de licencia, el fenómeno de mal holandés se aplica al flujo de remesas que recibe Guatemala, con al menos dos salvedades. En este caso, no se trata de aumento en la exportación de productos o minerales, sino de personas. Otra es que algunos efectos monetarios de las remesas, como sería la apreciación del quetzal, han sido neutralizados por el banco central, con consecuencias menos visibles. No obstante, el flujo de dólares que ingresan a la economía por remesas es significativo con relación a otras variables.
' Las remesas han crecido a un ritmo cuatro veces superior a las exportaciones.
Fritz Thomas
Durante la década pasada, las remesas de US$ crecieron en promedio 13.6% anual; pasaron de US$4.8 mil millones (mm) en 2012 a US$15.3 mm en 2021, que equivale a un aumento de 219% en ese lapso. Las reservas internacionales del Banguat crecieron en promedio 13.3% anual; de US$6.7 mm en 2012 a US$20.4 mm en 2021, un aumento de 204% (cifras a diciembre de cada año). Las exportaciones crecieron en promedio 3% anual, de US$10 mm en 2012 a US$13.6 mm en 2021; un aumento de 36%. Las importaciones crecieron 5.7% anual promedio, de US$17 mm en 2012 a US$26.6 mm en 2021; un aumento de 56%. El valor de las remesas era la mitad del valor de las exportaciones en 2012; actualmente las supera. Es un análisis simplista, pero evidencia que la migración de guatemaltecos y el envío de remesas es la principal actividad generadora de divisas, creciendo a un ritmo más de cuatro veces mayor que las exportaciones, en el período examinado.
Los dólares de remesas se venden a cambio de quetzales, que expande la cantidad de moneda nacional en circulación, reflejado, entre otros, en el marcado crecimiento del sistema financiero, que causa presión inflacionaria. La reserva legal que el sistema bancario deposita en el Banguat, pasó de Q17.7 mm en 2012 a Q53.3 mm en 2021; un aumento de 200%. Para neutralizar los excesos de liquidez y alcanzar sus metas de inflación, el banco central vende depósitos a plazo a los bancos; esta cuenta de deuda del Banguat era Q21.1 mm en 2012 y alcanzó Q44.7 mm en 2021; un aumento de 111%.
Las remesas tienen fuerte impacto distributivo en el ingreso familiar de la población con bajos recursos, en todos los rincones del país. Este impacto es mucho mayor, disperso y efectivo de lo que puedan tener los programas sociales del Gobierno. Más allá de estadísticas, un paseo por pueblos en Guatemala evidencia cambios dramáticos en la construcción, cantidad de comercios y acceso al consumo. La calidad de servicios e inversión básica que provee el Gobierno va muchos pasos atrás; una muestra es la pobre infraestructura vial. Una colección de mandatarios de Latinoamérica se reunió con Joe Biden en Los Ángeles y declaró que reducir la migración era una de sus prioridades. La realidad es que nadie quiere reducir la migración.