Escenario de vida
Una iniciativa de ley positiva para el país
Contamos con innumerables fuentes de agua que en su mayoría están contaminadas.
Por mucho tiempo, la Ley de aguas se había quedado en un impasse, porque varios sectores no veían el panorama claro. Pero hoy vamos paso a paso con la intención de que se logre el proceso de Ley de aguas con el lema “Unidos por el agua”, lo que será un logro extraordinario para Guatemala.
La escasez de agua potable accesible a las comunidades resulta siendo la orden del día.
Con un tema tan controversial, hoy se perfila un panorama propicio para que se comprenda la tremenda urgencia que tiene este tema, pues hasta el 95% de las aguas superficiales en el país están contaminadas. Esto significa mortandad o retrasos en los pequeñuelos que viven en pueblos y aldeas, pues les afecta el desarrollo integral y contribuye a problemas de salud, como lo evidencian los 364 mil 491 casos reportados de enfermedades transmitidas por agua y alimentos entre el 30 de junio y el 6 de julio del 2024. Como si fuera poco, el manto freático está agotado y, a pesar de que contamos con innumerables fuentes de agua, en su mayoría están contaminadas, y la escasez de agua potable accesible a las comunidades resulta siendo la orden del día.
En “Guatemaltecos por la Nutrición” pude evidenciar los enormes esfuerzos que Castillo Hermanos libra para solventar el problema de desnutrición crónica, y se topan con que cinco de cada 10 niños menores de 5 años padecen de desnutrición crónica y muchas otras enfermedades a causa de tomar agua contaminada. Por ende, el diálogo nacional es imprescindible.
Lo que llena de optimismo es ver que la ministra del MARN, Patricia Orantes, directamente se ha tomado la tarea de empujar la creación de una normativa para la gestión sostenible de los recursos hídricos en Guatemala. Su liderazgo y conocimientos en el tema le están valiendo para comunicarle a los diferentes sectores que el diálogo es ineludible y que lo importante es unirnos. Siendo la Ley de aguas una prioridad para el ministerio, dado el creciente desafío que enfrenta el país en términos de manejo y conservación de sus fuentes hídricas, hoy la ministra busca establecer un marco regulatorio integral que contemple la protección, el uso racional y la distribución equitativa del agua, asegurando su disponibilidad para las generaciones presentes y futuras.
Lo importante es contar con una ley que regule no solo el consumo humano y agrícola, sino también la gestión de las cuencas hidrográficas, la contaminación y protección de los ecosistemas acuáticos. El enfoque debe ser multisectorial y que involucre a comunidades locales, empresas y organizaciones no gubernamentales en la implementación de la normativa. La creación del Gabinete del Agua puede ayudar, y lo presidirá personalmente nuestra vicepresidenta, Karin Herrera, y con ello se desarrollará la Política Nacional de Agua, para enfocarla en la conservación y gestión sostenible de los recursos hídricos de todo el país.
Si hay alguien que aún no cree necesaria la Ley de agua, lo invito a llegar a los lagos de Atitlán o Amatitlán y ver sus deterioros, o que se anime a refrescarse en cualquier río, que encontrará lleno de basura, o cómo el río Motagua está causando estragos, pues la contaminación llega hasta Honduras y estamos sujetos a demandas. ¿Y qué me dicen del río Ocosito? Viene contaminando varios departamentos y a su paso deja desolación, pues está llegando a más de 10 kilómetros de tapón, mientras los manglares del Pacífico mueren.
Todos los sectores deben hacer un esfuerzo en conjunto para que esta vez la Ley de aguas sea una realidad. Mientras tanto, el proceso de diálogo entre todos los sectores debe ser continuo, sereno y en vías que sea lo mejor para el país, pero tampoco que tarde una eternidad.
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