Godot ha llegado

Una guerra con final amargo

La guerra entre Rusia y Ucrania puede durar mucho, pero la victoria de los primero es inminente.

Así como podemos hablar de la historia de muchos países en América Latina a través de sus caudillos —como el caso de Guatemala— es inevitable hacer lo mismo con Rusia, pero no con caudillos sino con zares. El período de la Unión Soviética entre 1922 y 1991 también puede ser explicado a través de la figura de un Josef Stalin, que si bien no fue un zar pero actuó como tal. Para muchos analistas, Rusia, por su extensión, no puede ser gobernada eficientemente sino es por un líder autoritario que represente la unión entre las llamadas cuatro Rusias: la occidental, la eslava, Siberia y el extremo oriental. De la misma manera en que podemos hablar de la historia del país más grande del mundo debemos recordar que la gobernanza de dicho país siempre ha estado atada al debate entre ser un imperio Euro-Asiático como lo quiso su primer zar Iván el Terrible (1547-1584) o un imperio o potencia de corte occidental como lo quiso Pedro el Grande (1682- 1725). La búsqueda de ser un imperio Euro-Asiático fue siempre la opción preferida de la mayoría incluido Stalin con las notables excepciones de Catalina la Grande (1762-1796) y Alejandro II conocido como el Libertador (1855-1881).

Rusia, por su extensión, no puede ser gobernada eficientemente sino es por un líder autoritario que represente la unión del territorio.

Así llegamos al presente con un Vladimir Putin que después que como presidente o como poder tras la presidencia y primer ministro, gobierna Rusia desde 1999 y sí, también actúa como un zar y también busca hacer de Rusia un imperio Euro-Asiático. Su gestión ha estado marcada por un control territorial basado en la explotación de recursos naturales, una represión a cualquier que se atreva a desafiar su poder político y en guerras: la segunda guerra de Chechenia, la invasión a Georgia, la invasión a Ucrania para la ocupación de Crimea y la actual “operación militar especial” contra Ucrania.

La operación viene como un resultado directo de los intereses de la PESC (Política Exterior y de Seguridad Común) de la Unión Europea (UE). Para encontrar una vía alterna al suministro de petróleo y gas natural del que dependen de Rusia y esa vía depende de una conexión del Mar Negro al Mar Caspio específicamente hacia Kazajistán que tiene reservas naturales de ambos productos similares a las de Rusia. Sin embargo, esta ruta significaría un aislamiento económico con occidente y un desbalance en los mercados financieros internacionales.

El resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos puede constituir un cambio importante para determinar un alto al fuego en el conflicto entre Rusia y Ucrania, pero ojo, no un cambio en el resultado el cual, nos guste o no, será positivo para Rusia. Pero un armisticio que detenga la carnicería entre jóvenes rusos y ucranianos, así como detener la muerte de varios civiles puede ser posible con el reconocimiento de Estados Unidos —porque de la UE esto es poco probable debido a su falta de liderazgos— de los territorios del este de Ucrania ocupados por Rusia y una negociación directa con quien juega su rol como zar del país más grande del mundo, Vladimir Putin. Esta es una realidad que se cumplirá tarde o temprano y la comunidad internacional, así como Guatemala deberá reconocer. ¡Feliz domingo!

ESCRITO POR:

Roberto Wagner

Licenciado en Relaciones Internacionales por la UFM. Maestría en Relaciones Internacionales con especialización en Geopolítica (Warwick University, Reino Unido). Exdiplomático, profesor universitario, columnista, consultor y analista político independiente.

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