Catalejo

Una encuesta permitirá saber la opinión popular

El país está a merced de Arévalo, de Porras, y del pacto de corruptos, “Pacorr”, todos con diversos tipos de culpabilidad.

La crisis política Arévalo-Porras ya está llegando a ser el detonante de un caos político-legal cuyo peor efecto sería la instalación de un nuevo régimen dictatorial, en momentos de posible afianzamiento de la agitación internacional en el istmo, México y Centroamérica. Los personajes principales son él, Consuelo Porras —es decir, el Pacto de Corruptos, o “Pacorr”, por ser lo mismo. Frente a ellos está una población preocupada al no tener conocimiento confiable de los acontecimientos y poco a poco afianza su molestia por la falta de acciones con la velocidad demandada por las circunstancias. Hay desbalance de fuerzas: por un lado bisoñas y por el otro expertas en el arte del engaño, la corrupción y la cooptación de dos poderes del Estado.


No hay información confiable. La interpretación de los hechos ha quedado en la prensa independiente escrita, sobre todo de opinión y en mensajes por redes sociales válidas, pero la afectan los nombres falsos, fingidos, financiados bajo de agua. Arévalo está en difícil situación derivada de acciones suyas equivocadas o simplemente lentas, porque su criterio descansa en la aplicación textual de la ley, sin considerar “el marco”, como dice sin descanso, del momento político. Decisiones y acciones extemporáneas son contraproducentes e inútiles ante una adversaria con reflejos, audacia, asesoría y protección desde las sombras. Afirma investigar pero lo calla, y le es fiel a Morales y Giammattei, quienes le dieron el puesto precisamente para quedar fuera de investigación alguna.

Un Estado no puede sostenerse si persiste una confrontación entre alguien electo, aunque sea por voto en contra, y una enemiga dispuesta a todo.


El tiempo está en contra del país. Hay que actuar con celeridad y comenzar por el principio: conocer el pensamiento de la población. La única forma útil y rápida es una encuesta realizada por una empresa encuestadora foránea, para evitar suspicacias, financiada por el sector privado, ya sea solo o en conjunto con el gobierno, en una alianza público-privada. Los grupos sociales encuestados divididos en sexo, edades, nivel educativo, etnia, residencia y religión. Las preguntas indagarían quiénes votaron a favor de Arévalo o en contra de su adversaria; satisfacción o molestia en este momento, y lo mismo respecto a Porras. Los resultados ayudarán a arreglar el rumbo del país, cuyo naufragio está cercano porque la ley es usada como pretexto de atrasos y protecciones.


El Pacorr está activo, al aprovechar el momento político favorable por el triunfo de Trump, según sus integrantes y financistas. Desde el lunes se multiplicaron exigencias de la renuncia del Ejecutivo y ayer hubo una manifestación con el mismo mensaje de maestros súbditos de Joviel. No es casual y denota la lucha por no permitir de nuevo a un gobierno fuera de su control, sin importar si es positivo, mediocre o malo. La expulsión de Arévalo aumentaría las migraciones ilegales y o provocará la ira trumpista. Hay relámpagos y nadie se persigna… La encuesta sugerida tendría más posibilidades de reflejar el pensamiento popular real, y ayudaría a la comprensión entre quienes están aferrados a sus intereses y solo escuchan criterios de quienes piensan como ellos.


La cooptación de las instituciones jurídicas y poderes impide una decisión político-jurídica, por sus graves consecuencias, pues la Constitución marca el camino si el Ejecutivo queda acéfalo, pero tendrá resultados nefastos debido a la integración del Congreso, penosa, lamentable y peligrosa. Arévalo ha perdido mucho apoyo, pero no al punto de haber manifestaciones para exigir su salida. No hay alternativa a medir pronto la opinión popular en sus diversas divisiones, porque con los días se divide más el país y se llena de enemigos políticos, no adversarios. Un Estado no puede sostenerse si persiste una confrontación entre alguien electo, aunque sea por voto en contra, y una enemiga dispuesta a todo. La convivencia ya es imposible y empeorará aún más las cosas.

ESCRITO POR:
Mario Antonio Sandoval
Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.