Si me permite
Una dificultad, antes que limitar, nos desafía
En las dificultades se descubre de inmediato al que no está verdaderamente determinado.
“Las dificultades preparan a personas comunes para destinos extraordinarios”. C.S. Lewis
Desde el momento en que la vida inicia para cada uno de nosotros está siempre presente algún tipo de dificultad, la cual se debe superar para poder seguir viviendo. Está más que evidenciado que el dejarse vencer no es la alternativa, sino saber superar la dificultad y tener la firmeza de seguir con la capacidad de aprender algo nuevo de cada dificultad superada. Esto socialmente lo titulamos como “experiencia”.
Nuestra determinación es desafiada frente a la dificultad, al superarla nos está fortaleciendo.
Es maravilloso ver cómo las dificultades están entretejidas a lo largo de la vida y las debemos aceptar, y no dejarnos vencer porque por ellas somos lo que somos y alcanzamos metas que muchos pensaron que eran un imposible, y muy probablemente se nos han abierto puertas para estar donde estamos por la modalidad en la que enfrentamos cada una de las dificultades que la vida nos ha presentado.
A lo largo de la vida las dificultades nos marcan de tal manera que en muchos de los casos se nos pide que expliquemos cómo hicimos para superar determinada dificultad, y lo sorprendente es que algunas de las dificultades que otros evalúan como algo importante, para el caso en el cual nosotros la vivimos no la vimos del mismo modo, sino que la percibimos como algo natural que había que superar y nada más.
Lo fundamental de este principio es que debe aplicase con madurez y claridad en el hecho de que, así como la vida inició cuando nacimos, habrá de llegar al final y nadie sabe cuándo habrá de ser, pero sí debemos saber cómo se debe enfrentar. No debe entenderse que estamos buscando la muerte, sino, todo lo contrario, estamos paso a paso desarrollando nuestra vida, la que muy probablemente planificamos para que se pueda alcanzar, y cuando estamos llegando al final habrá una gratificación por lo que hemos podido lograr.
Lamentablemente, muchas personas, por algún incidente ajeno a su voluntad pierden la vida y se puede ver cómo tenían planes que quedan truncados y posiblemente otra persona los lleva adelante, pero se reconoce que en un inicio otro los contempló, pero no pudo culminarlos.
Hay momentos en que, en la convivencia que tenemos con nuestras relaciones, nos piden que expliquemos cómo hemos podido llegar a donde estamos y qué fue lo que nos inspiró para estar donde estamos, y uno mismo, reflexionando quizás, no puede puntualizar, pero lo innegable es dónde estamos. Por esta misma razón hay quienes, por una simple dificultad, desisten en avanzar y renuncian al sueño que un día los entusiasmó, pero no hubo la suficiente voluntad y determinación para avanzar.
También se conoce de aquellos que se toman el tiempo narrando sus sueños y proyectos y así logran despertar a otros, que, por lo que han escuchado, recogen la idea central y logran llevarla adelante. Seguramente algunos habrán de dar el debido crédito al que los inspiró para hacer lo que han hecho, pero otros lo ocultarán y habrán de etiquetarlo como algo muy propio. Lo interesante en el modo que se llevan las cosas adelante se habrá de manifestar si por las dificultades que alguien tuvo no pudo llevarlas a cabo y ellos las recogieron e hicieron propio el proyecto. Estamos llamados a ser de los que superamos las dificultades, y no de los que nos dejamos limitar por ellas.