“Guatemala” significa “tierra de árboles” y esto refleja la riqueza natural de este bello país, que cuenta con gran variedad de bosques, selvas y montañas. La riqueza natural del país necesita ahora protección, pero además tiene un valor agregado que puede aportar mucho a la agenda climática global.

Recientemente Guatemala abrió una convocatoria en el Programa de reducción de emisiones (PRE) y con ello ha dado otro importante paso para recompensar con recursos monetarios y no monetarios a quienes promueven la restauración forestal y evitan la deforestación o la degradación forestal.

El PRE cuenta con el apoyo financiero del Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques —a través del Banco Mundial (BM) y con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)— para beneficiar directamente a los protectores de bosques y fortalecer las capacidades del país para impulsar su estrategia de reducción de emisiones de carbono.

La conservación de bosques, la restauración forestal y la prevención de la degradación forestal son clave para reducir la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Esta reducción, a su vez, es determinante para evitar los peores efectos del cambio climático, el cual sigue cambiando nuestras vidas: afecta la cantidad de agua que tenemos para beber y cultivar y empuja a millones de personas a la pobreza a medida que tormentas, sequías, olas de calor e inundaciones son más peligrosas e intensas.

Si bien el cambio climático es indiscriminado, y devasta por igual a comunidades ricas y pobres, afecta de manera desproporcionada a los países y personas más vulnerables. Entre 1970 y 2021, 9 de cada 10 muertes y el 60 % de las pérdidas económicas por catástrofes relacionadas con el clima se produjeron en países en desarrollo.

La reciente Conferencia de las Partes sobre el clima (COP28) hizo un balance de los avances de la acción climática a nivel global. Hay progresos en la lucha contra el cambio climático. Pero es un hecho que el mundo no va por buen camino. La temperatura promedio global ya supera en 1,1 °C la de finales del siglo XIX y nos acercamos al umbral de 1,5 °C. En 2023 se registraron temperaturas récord en todo el mundo y, según la Organización Meteorológica Mundial, más récords serán superados en los próximos cinco años.

He ahí la importancia del PRE para la agenda climática de Guatemala y del mundo. Apoya directamente a quienes protegen bosques en Guatemala y busca revertir la pérdida y deterioro de 40 mil hectáreas de bosques (aproximadamente 60 canchas de fútbol) al año debido a actividades insostenibles y los efectos del cambio climático. Ayudará además a que el país avance en sus metas, en línea con el Acuerdo de París sobre el clima, hacia una transición justa a cero emisiones netas.

El BM y el BID están comprometidos para que las inversiones del PRE contribuyan a reducir 10,5 millones de toneladas de emisiones de carbono. Ambos bancos continuarán además su apoyo para que Guatemala amplíe y multiplique experiencias exitosas de manejo forestal sostenible, avance en el reconocimiento de modelos tradicionales y colectivos de manejo y conservación forestal y fortalezca sus capacidades para acceder —con su valioso potencial— a más fondos de los mercados de créditos de carbono. En sus programas de trabajo en Guatemala, el BM y el BID seguirán dando prioridad a ayudar al país a aumentar su resiliencia ante el cambio climático y contribuir a la descarbonización. Este trabajo coordinado se refuerza a partir de la alianza firmada entre los presidentes de ambos bancos en 2023 y, posteriormente, con las declaraciones conjuntas de Bancos Multilaterales de Desarrollo emitidas en el marco de la COP28.

La invitación está abierta: las comunidades, organizaciones, personas y empresas que tienen proyectos forestales, y quieran conocer las condiciones y beneficios del PRE, pueden comunicarse con el Instituto Nacional de Bosques o visitar www.inab.gob.gt. El PRE se ha consolidado tras amplias consultas a nivel nacional y local para garantizar que los participantes, en particular pueblos indígenas y comunidades que dependen de bosques para su sustento, sean justamente recompensados por su conservación de tierras boscosas. ¡Protejamos juntos los bosques guatemaltecos!

*Representantes del BM y BID en Guatemala