Conocí a Alberto Sibrián Valle, casi por casualidad; más bien, porque a ambos nos preocupaba lo que estaba pasando al inicio de la pandemia en Guatemala, y ambos, cada uno por su cuenta, compartimos la preocupación en Twitter y los algoritmos me llevaron inevitablemente a ver sus publicaciones. Concretamente, la fuente de preocupación era la manera que el ministro de salud en ese entonces (marzo 2020) estaba manejando la información sobre los casos covid-19 y los primeros fallecimientos en el país. Era imposible hacerse una idea de lo que realmente estaba ocurriendo, mucho menos confiar en los datos que daban, por tantos enredos que se hacían cuando voceaban la información en las “conferencias de prensa”.

Recuerdo que lo contacté, pues me llamaron la atención las gráficas que estaba generando, que fueron de las primeras gráficas de tendencia que sacamos en lo que luego se convertiría en la iniciativa ciudadana llamada Laboratorio de Datos GT. Así como contacté a Alberto, contacté poco a poco a otros miembros de lo que ahora es nuestro equipo, cada uno haciendo ya cosas asombrosas por su cuenta, como el tablero covid-19 que Oscar ya había diseñado, mucho antes de que al MSPAS o la Coprecovid se le ocurriera hacer uno, o las primeras gráficas de calor que generó Gaby, con la distribución de casos en distintas zonas de la capital, en línea con los corredores que forman la sexta y séptima avenida, y que articulan la ciudad de oriente a poniente. O los mapas de trayectoria que hizo Carlos, con los que comenzamos a evidenciar el progresivo patrón de dispersión del virus por el territorio nacional, que avanzaba raudo por la red de carreteras principales que cruza el país desde la capital al Occidente y frontera con México; y de la capital, por la Carretera Jacobo Árbenz Guzmán, rumbo a los puertos del Atlántico.

Alberto tenía un desempeño y trayectoria más cercana al mundo empresarial, lo cual, nos ayudó siempre a tener una perspectiva amplia; lideró el grupo, al cual se fueron integrando prontamente otros colegas como Jorge y Enrique. Su estilo de liderazgo era suave, pero constante en el rumbo a seguir y siempre apoyándonos a los que estábamos más inmersos en el trabajo técnico, en el análisis y planteamiento. Con su apoyo, logramos dar el siguiente paso, consolidarnos como la asociación civil que somos ahora, fungiendo como nuestro primer presidente.

Más adelante, supimos que sus aportes a la sociedad también se estaban dando por otros medios, como el Consejo Nacional Empresarial pues era una persona que entendía bien la diferencia entre ser empresario y procurar la legítima prosperidad, y fraguar fortuna, posición y poder a costa de privilegios, o de quitarle oportunidades a todos los demás; peor aún, por apropiarse del erario nacional. Él, siempre involucrado en iniciativas en las que, a partir de ejercer su ciudadanía activa, podía contribuir a hacer de Guatemala una sociedad más democrática y con oportunidades económicas para todos.

Este 15 de septiembre Alberto nos dejó físicamente. Fue un shock, pues habíamos programado una reunión de trabajo y de amigos para la siguiente semana. Ya no pudo ser como la habíamos pensado, pero igual estuvimos todos allí, para despedirlo, para honrarlo, para agradecerle y desearle el descanso eterno. Laboratorio de Datos GT, y todos sus actuales integrantes, nos condolemos por su pérdida, y porque nos hará mucha falta este valioso ciudadano y líder que caminó junto con nosotros por la senda que ha llevado a esta novel organización al momento en el que estamos actualmente. A su esposa, hijos y familiares, así como al CNE, del cual él se sentía muy orgulloso de formar parte, les externamos nuestras sentidas condolencias.