NOTA BENE
Un padre fuera de serie
Es oportuno reconocer los aportes del sacerdote Robert Sirico, el fundador y presidente del Instituto Acton, al movimiento clásico-liberal. Recién entregó la presidencia de Acton Institute a su amigo y cofundador Kris Mauren. Durante los 31 años que dirigió la institución persuadió a miles de personas alrededor del mundo a valorar la ética y la economía de la libertad.
Por ejemplo, Matt Paprocki narra en National Review que fue profundamente impactado por su encuentro con Sirico en el 2015. Sirico sorprendió a Paprocki porque, en lugar de condenar a los emprendedores, afirmó que “la persona que mejor puso freno al marxismo fue una monjita arrugada de Calcuta. No tenemos derecho a juzgar a los ricos. No creemos en la lucha de clases. Creemos en el encuentro de clases. Donde los ricos salvan a los pobres, y los pobres salvan a los ricos”.
Sirico no siempre pensó así: a finales de los ochenta retornó a la Iglesia y se convirtió del socialismo a la filosofía clásico-liberal. Leyó mucho y se dejó instruir por pensadores como Michael Novak, mientras estudiaba una maestría en Divinidad en la Universidad Católica de Washington, D.C.
' El fundador del Instituto Acton se retira.
Carrol Ríos de Rodríguez
El Muro de Berlín cayó el año en que el padre Sirico cumplió 38 años y se ordenó sacerdote, 1989. La implosión del comunismo detrás de la Cortina de Hierro fue precipitada por tres líderes tenaces admirados por Sirico: Margaret Thatcher, Ronald Reagan y San Juan Pablo II. En este contexto, el sacerdote decidió que era necesario subsanar la deficiente formación económica de los líderes religiosos, y al mismo tiempo recordar a los emprendedores cuyas actividades tienen una dimensión sobrenatural. Así, en 1990, nació en Grand Rapids, Michigan, el Instituto Acton, con el lema de “conectar las buenas intenciones con una economía sensata”.
Curiosamente, el proyecto recibió un empujón intelectual en Antigua Guatemala. En 1990, el joven sacerdote viajó a Antigua para participar en una reunión regional de la Sociedad Mont Pelerin que organizó el Dr. Manuel Ayau. Aquí, el padre Sirico coincidió con otros intelectuales, quienes, como él, estudiaban seriamente la relación entre la filosofía de la libertad y el catolicismo, entre ellos Leonard Liggio, Alejandro Chafuen y Joseph Keckeissen. Años más tarde, el padre Sirico confesó que las conversaciones sostenidas en las calles empedradas de la ciudad colonial le confirmaron en su deseo de crear el Acton Institute. Mientras en Europa y Estados Unidos sería prioritario apuntalar la tendencia favorable a la libertad económica, en América Latina se hacía imperativo combatir los efectos de la teología de la liberación y las teorías de la dependencia.
Father Sirico y Kris Mauren propusieron una “opción preferencial por la libertad” para hacer frente a la “opción preferencial por los pobres”. No por una indiferencia hacia los indigentes, sino por su certeza de que la libertad económica es esencial para paliar la pobreza y edificar sociedades de personas éticas.
Durante tres décadas, el padre Sirico ha explicado, sin cansarse, cómo los emprendedores crean riqueza con su trabajo honrado, asumiendo riesgos y echando a andar complejísimas redes mercantiles, cimentadas en el estado de Derecho y respetuosas de la dignidad y la capacidad de los seres humanos. Acton Institute transmite este mensaje produciendo libros, revistas académicas, películas, talleres y seminarios de impecable calidad. Fundamos el Instituto Fe y Libertad en 2014, alentados por el padre; Acton Institute e Instituto Acton Argentina, para traer esta particular voz al mundo hispanohablante. ¡Gracias, Father Sirico, por su inspiración, su ejemplo y su amistad!