Imagen es percepción

Un llamado a la inclusión y el respeto mutuo

Es una jornada para recordar que, la riqueza de América reside justamente en su diversidad.

Mañana se celebra el Día de la Raza en muchos países de América Latina, conmemorando la llegada de Cristóbal Colón al continente en 1492. Este evento marcó el encuentro de dos mundos y transformó para siempre la historia de América. Sin embargo, esta fecha está impregnada de significados complejos: para algunos representa el inicio de una era de civilización y mestizaje, mientras que para otros es un recordatorio del comienzo de la colonización, la explotación y la destrucción de las culturas indígenas.

Los gobiernos deben impulsar políticas de tolerancia y respeto recíproco, para construir una sociedad más unida e inclusiva.

Desde ese primer contacto, los países americanos han recorrido un largo y accidentado camino hacia la modernidad. Algunos lograron construir prósperas democracias, mientras que otros continúan enfrentando los retos de desigualdad, discriminación y pobreza, particularmente entre sus poblaciones indígenas. En las últimas décadas  ha emergido un resurgimiento del orgullo por las raíces nativas. Esta reivindicación de la identidad originaria  ha dado voz a culturas que fueron marginalizadas durante siglos, resaltando la riqueza y sabiduría de las civilizaciones precolombinas.

En este contexto, Claudia Sheinbaum, en un gesto que muchos consideran desafortunado, decidió no invitar al Rey de España a su toma de posesión como presidenta de México. Esta omisión ha sido interpretada por algunos como un mensaje político, posiblemente vinculado a la narrativa de reivindicación histórica, y crítica al colonialismo que ha marcado su discurso. No obstante, actos simbólicos de este tipo, lejos de sanar las heridas del pasado, pueden abrir brechas diplomáticas y perpetuar tensiones innecesarias. Negar el espacio para un acercamiento respetuoso con España, en lugar de propiciar un diálogo constructivo sobre la historia compartida, es visto por muchos como una oportunidad perdida para avanzar en la reconciliación y construcción de nuevas relaciones basadas en el respeto mutuo.

Por otro lado, en países como Guatemala, llamar “indio” a una persona se ha convertido en un delito penal, debido a la carga peyorativa que esta palabra adquirió tras siglos de menosprecio y maltrato a los pueblos indígenas. Sin embargo, lejos de ser considerada una ofensa, ser indígena debe ser motivo de orgullo. Las lenguas, las tradiciones, los sistemas agrícolas sostenibles y la cosmovisión de los pueblos originarios son tesoros culturales que no solo enriquecen a sus naciones, sino al mundo entero.

El reto hoy es cambiar la narrativa, dejar de ver lo indígena como inferior o secundario, y reconocerlo como un componente esencial de la identidad americana. El 12 de octubre debe ser un día para reflexionar sobre el impacto de ese encuentro histórico, sí, pero también para celebrar la resiliencia y el orgullo de los pueblos indígenas. Es una jornada para recordar que la riqueza de América reside en su diversidad, y que el respeto por las raíces es un paso fundamental hacia un futuro más inclusivo y justo para todos.

Este balance entre la memoria histórica y el reconocimiento de los errores del pasado es clave para la construcción de sociedades más equitativas. En este sentido, la importancia de revalorizar el aporte de las culturas indígenas es fundamental; estas no solo sobrevivieron a la colonización, sino que hoy forman parte vital de la sociedad, contribuyendo con lo mejor de su cultura en cada país de América.

La reconciliación entre indígenas y ladinos en las naciones americanas requiere de un esfuerzo mutuo, basado en el respeto y la comprensión de ambas partes. Es fundamental que todos superen los estereotipos y prejuicios, reconociendo que la discriminación puede fluir en ambas direcciones. Solo así se podrán empezar a sanar estas heridas.

ESCRITO POR:

Brenda Sanchinelli

MSc. en Relaciones Internacionales e Imagen Pública. Periodista, experta en Etiqueta. Dama de la Estrella de Italia. Foodie, apasionada por la buena mesa, compartiendo mis experiencias en las redes.