IMAGEN ES PERCEPCIÓN
Un insólito camino a la presidencia
Bernardo Arévalo estuvo a punto de no poder asumir como el nuevo presidente de Guatemala, gracias al Congreso, la Fiscalía y otros grupos, que apoyaban al régimen corrupto del país.
' Si no hay manera de poner tras las rejas a los corruptos, debe aplicárseles una muerte financiera y social.
Brenda Sanchinelli
Desde que ganó las elecciones, los rivales políticos de Arévalo han hecho todo lo que estaba a su alcance para tumbarlo y darle un golpe de Estado. La Fiscalía intentó anular las elecciones, quitarle la inmunidad que le daba el cargo de presidente electo, y como no se pudo, se lanzaron contra los magistrados del Tribunal Supremo Electoral, que validaron la elección, quitándoles a ellos su protección, y orillándolos a salir del país.
También suspendieron al partido político Movimiento Semilla, por lo que su fundador y algunos financistas se vieron obligados a exiliarse para no ser detenidos. A la vicepresidenta Karin Herrera la señalaron con casos montados contra ella y tuvo que ampararse para que no la detuvieran.
El día de la toma de posesión tuvimos que soportar las burdas comparsas montadas en el Congreso de la República, jugándose, según ellos, su última carta. Mientras tanto, afuera de ese recinto hubo protestas, y adentro, diputados afines al régimen anterior retrasaron maliciosamente por más de 10 horas la toma de posesión.
Sacándose extraños protocolos, requisitos y normas de la manga. Qué mal se escuchaba oír pronunciar a la entonces presidenta del Congreso el nombre de Dios, entre palabras mentirosas y manipulaciones. Más bien ese hemiciclo parecía un pedacito del infierno, colmado de almas en pena que clamaban angustiosamente por los intereses más oscuros y espurios del país.
Dejaron esperando a los invitados especiales, entre quienes estaba el rey de España y varios presidentes que finalmente no asistieron al acto. De hecho, el presidente de Colombia advirtió de que, si era necesario, suspendía su viaje al foro de Davos, para quedarse apoyando a Arévalo y que tomara posesión. También lo respaldaron la OEA, la Unión Europea, presidentes y delegados de muchos países. Pero, sin duda, el apoyo que más pesó sobre el progresista Arévalo fue el de Estados Unidos. Primero, ese país impuso sanciones sobre los diputados, funcionarios y empresarios, que apoyaban el intento de golpe de Estado y que se oponían a que llegara al poder. Luego, por vía diplomática, mandó mensajes contundentes de que se debería respetar el estado de Derecho, aceptando los resultados de las elecciones, catalogadas por los observadores internacionales como transparentes. Estados Unidos respaldó a un presidente democráticamente electo, con ideología de izquierda, sí, pero finalmente era la voluntad de la mayoría.
Ahora volverá la primavera a Guatemala, según ha prometido el nuevo presidente. Pero es importante que este funcionario público mantenga los pies en la tierra, que atienda a la prensa, y que no se emborrache de poder, como les ha ocurrido a sus antecesores. Esperemos que su familia se mantenga muy lejos de todo el aparato estatal, exceptuando a la primera dama, que deberá hacerse cargo de la labor social.
Es muy importante que se recupere la libertad de expresión y que la prensa vuelva a retomar sin temor alguno o represalias por decir la verdad su papel fiscalizador y vigilante, en un país donde la corrupción está a la orden del día.
Otro aspecto a resaltar es que, gracias a esta larga y movida jornada, se desenmascararon los mafiosos y corruptos, los que jugaron con nuestra frágil democracia, no deben quedar impunes y mucho menos permitírseles ocupar un puesto público. Y si no hay manera de ponerlos tras las rejas, entonces seguro serán objeto de un ciber bullying, y muerte social, para que no se vuelvan a atrever a jugar con la democracia y sagrada Patria.