RINCÓN DE PETUL

Un enemigo difícil de vencer

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Son tantos los enemigos del presidente electo y del triunfante Movimiento Semilla. Algunos, empero, más evidentes que otros. Fácil es fichar a los fiscales que ponen la carota. Los movedores de marionetas, más complejos de identificar. Pero, a veces, son los enemigos internos a los que más cuesta reconocer.

' Es prudente revaluar la estrategia de comunicación de Arévalo.

Pedro Pablo Solares

Imagino el huracán de pensamientos y emociones que atravesaron a Bernardo Arévalo la noche del 25 de junio. Tan solo dos meses antes, la encuesta más esperada del país lo situó en el penúltimo lugar de la veintena de candidatos. Pero esa noche, le llegó noticia de que 650 mil votantes marcaron cruz sobre su nombre. Dos meses después, en la segunda vuelta, más de 2 millones 400 mil lo convertirían en la figura más votada en la historia del país. Fuerte y con fervor, los cantos se escucharon en las ciudades del país: “¡Arévalo, presidente!”; y se insinuó el renacer de una nueva primavera inspirada con el sabor de la memoria del gran presidente revolucionario. El votante mostró su rechazo al detestable Pacto de Corruptos y, por un momento, se sintió confianza de que la democracia prevalecería con un pueblo despertado.

Luego, ese fervor se vio magnificado en las asombrosas gestas de octubre. En ellas, como no se recuerda antes, indio y ladino, urbano y campesino, marcharon juntos y de la mano por un mismo ideal. Las demandas eran justas, pues el votante entendió que su elección estaba amenazada. El Pacto alimentado por oscuras millonadas resistió, y un cansancio natural detuvo el movimiento. La interrupción pudo ser temporal, pero luego vino algo que no se debe ignorar. Paradójicamente, simultáneo a la amplificación de los ataques contra miembros del partido triunfante, han ido menguando las manifestaciones de apoyo a los candidatos elegidos. El fervor no es quizás ya tanto; y se van quedando menos acompañados frente a las embestidas del Ministerio Público.

Es prudente revaluar la estrategia de comunicación de Arévalo, y considerar la posibilidad de que, en parte, el pueblo lo acompaña menos por debilidades propias. De él, y del partido. Su victoria -meritoria como lo es- no escapa a la realidad de que se dio un tanto fortuitamente. Esto no lo digo yo. En el programa TanGente, el racional diputado electo de Semilla, Raúl Barrera, bien reconoció que la victoria fue un “accidente” causado, en buena parte, por errores de los adversarios. Así como también, por el hartazgo contra el sistema corrupto. Un logro, entonces, un poco menos de Arévalo y de Semilla, y un poco más de la gente. Una dosis de humildad que ha de hacer girar la cabeza más hacia los sectores del pueblo. Para que se lo sientan propio.

El presidente electo tiene fortalezas de su lado que debieran funcionar para su popularidad. Es un hombre educado; sereno; democrático y se mira honrado. Por mucho, es la mejor opción frente a una bola de avaros y truhanes. Pero su comunicación es un fantasma impersonal y elevado. La ausencia del pueblo que lo eligió en sus convocatorias es una señal muy fuerte. Sin ser estratega, sugiero revisar su intención de inspirar en sus discursos. No ha funcionado. Le falta aterrizar. Explicar al ciudadano por qué esto es importante para él. Intentar hablar de tú a tú. Ser más personal en su mensaje y acercarse a los sectores que lo apoyan. Lograrse abstraer del huracán de sentimientos cuando se supo elegido. Luchar contra el enemigo interno que lo seduce a enaltecer a una persona equivocada. Este fue el triunfo del pueblo.

* Esta columna defiende el legítimo resultado electoral del 20 de agosto y cerrará semanalmente con este mensaje independiente al tema de cada artículo, hasta que suceda la debida e imperiosa toma de posesión del presidente y vicepresidenta electos, Bernardo Arévalo y Karin Herrera, el 14 de enero de 2024.

ESCRITO POR:

Pedro Pablo Solares

Especialista en migración de guatemaltecos en Estados Unidos. Creador de redes de contacto con comunidades migrantes, asesor para proyectos de aplicación pública y privada. Abogado de formación.