CON NOMBRE PROPIO
Un confuso Estado de Derecho
“Mientras el Estado de Derecho formal reconoce la división de poderes, la independencia de los tribunales, la legalidad de la administración, la tutela judicial contra actos del poder público y la indemnización pública como elementos indispensables del ordenamiento jurídico, la simple vigencia del Derecho de Estado se puede dar también en un “ambiente maquiavélico” en el cual el Derecho se puede reducir a un simple sistema de dominación mediante el instrumento de la ley”, señala Norbert Lösing, jurista de reconocido prestigio.
Un Estado de Derecho es el que posibilita el ejercicio de la libertad individual y garantiza la seguridad jurídica por medio de un sistema eficiente de justicia y control de legalidad. Un Estado de Derecho trasciende a la ley para constituirse en un medio para concretar los valores sociales y de acá la importancia para establecer ¿cuáles son los valores que nos cohesionan?
' ¿Por qué se es más libre en Estados Unidos, Canadá, Alemania o Suecia que en Guatemala?
Alejandro Balsells Conde
Buena parte de nosotros crecimos durante el enfrentamiento armado donde cualquier disidencia era reprimida y esta actitud de censura se multiplica de generación en generación, así es como vemos que acciones de censura a la expresión del pensamiento que no se comparte se ha convertido en una práctica diaria y desde el poder. Cuentas de redes sociales se arman y promocionan para crear confusión o calumniar a personajes, preparándose así un contexto para violar derechos o marcos de control público.
El valor de la tolerancia es difícil hallarlo entre nosotros. Desde el proceso electoral recién pasado se impidió la participación de distintas corrientes políticas con el pretexto de que “había denuncias en trámite”.
La CGC y el MP jugaron un papel de cancerberos para garantizar que el pluralismo electoral no fuera viable y la autoridad electoral cedió espacios para ello. En estos momentos, desde el poder central se generan procesos para desaforar a cuatro magistrados del Tribunal Constitucional, al procurador de los Derechos Humanos, al presidente de la junta directiva del IGSS y por último al propio compañero de fórmula presidencial, el vicepresidente de la República (quién sabe los que están en cola). Estos procesos, sin importar si se está de acuerdo o no con estos personajes, se realizan por medio de traumas a nuestra precaria institucionalidad y, en consecuencia, hay pérdida de fe en el marco constitucional; además, el proceso de deslegitimación de la CSJ convirtiéndose en una amenaza para todo el andamiaje judicial.
Don Diego Valadés, reconocido constitucionalista, nos ilustra al decir: “Si la debilidad constitucional dio lugar a los hombres fuertes, la irregularidad constitucional está propiciando poderes encubiertos… En general, en el ámbito del constitucionalismo democrático, no se discute acerca de la vigencia de las libertades públicas, pero sí se cuestiona la aptitud de las instituciones para controlar el ejercicio del poder, que en última instancia representa un riesgo para las libertades públicas”.
¿Por qué se es más libre en EE. UU., Canadá, Alemania o Suecia que en Guatemala? Porque el sistema controla el poder y esto garantiza la seguridad en el ejercicio de la libertad. La ecuación no permite mayor modificación, entre más estrecha sea la eficiencia del control del poder, más garantizadas están las libertades públicas. Ciudadanos y en especial abogados en coyuntura aplauden dinámicas debilitadoras de nuestro precario marco de control, y esta es la mejor excusa para que caudillos surjan con promesas populistas a realizar abusos desde el poder, tal como sucede en Honduras o Nicaragua. No hay posibilidad de inversiones, desarrollo y salir de las eternas crisis si pequeños dictadores se empujan en cada momento crítico, llevamos 200 años haciendo esta receta y ha sido el camino equivocado, ¡bien equivocado!