Florescencia

Transformación más allá de las remesas

Las remesas marcarán un nuevo récord, pero no son un factor sostenible a largo plazo.

Es previsible que las remesas enviadas por guatemaltecos migrantes en los Estados Unidos en nueve meses del 2024 sumen más de US$15 mil 800 millones, cifra que superaría el total de remesas familiares enviadas en el 2021. Este crecimiento anual se ha convertido en un motor de la economía guatemalteca y hasta parece un recurso permanente. Sin embargo, no es sostenible porque ese dinero tiene un alto costo: la separación de familias, la pérdida de talento humano y grandes sacrificios que afrontan los compatriotas. Es un aporte de amor y solidaridad, pero debemos empezar a ver nuevos futuros productivos locales para impulsar el desarrollo.


Además, hay factores externos que hacen las remesas muy volátiles, como la economía de EE. UU., las políticas migratorias y las condiciones laborales de los migrantes. Incluso, recientes desastres naturales en el sureste de EE. UU. pueden impactar en la posibilidad de envío de recursos. Y, estamos a la vuelta de unas elecciones cuyo resultado tendrá grandes impactos para Guatemala.


Por eso es necesario para las autoridades guatemaltecas y para todos los sectores perfilar alternativas para una etapa en la que venga el estancamiento o declive de las remesas. Recordemos que los migrantes anhelan regresar a su familia. Todos podrían establecer negocios y generar oportunidades en su tierra. Guatemala tiene potencial enorme y recursos para lograrlo, pero se necesita voluntad política, capacidad de ejecución y visión de transformación para no seguir repitiendo errores.

Se necesita dinamizar la economía a través de mejor inversión en infraestructura, productividad y educación.


Debemos generar propuestas de innovación, como, por ejemplo, la mejora de la calidad educativa, actualizando contenidos y generando proyectos de actualización técnica, no solo para crear empleados, sino para generar y empoderar emprendedores. El replanteamiento integral de la infraestructura es vital, mejorar carreteras existentes y trazar nuevas interconexiones, para posibilitar una agilidad productiva en todos los órdenes, agrícola, manufacturero, industrial y de servicios. Por ello se debe terminar con los rezagos en materia portuaria y aeroportuaria, así como asegurar una mayor competitividad en el sector de telecomunicaciones. Esto a su vez implica la conectividad de todo el sistema educativo mediante recursos tecnológicos que están al alcance, si se desea.


Otro de los factores muy importantes es impulsar las economías comunitarias. La gran mayoría de empleos actuales son producidos por micro y pequeñas empresas, entre las cuales hay numerosos talleres de artes y oficios en provincia, de donde salen admirables piezas de calidad, pero con ese toque de comunidad e historia. Merecen apoyo, asesoría y herramientas modernas, para poder tener un mayor alcance y una mejora en sus ventas para hacer del crecimiento un círculo virtuoso.


Apoyar la agricultura sostenible es un pilar fundamental que ya produce muchos recursos, pero que puede fortalecerse a través de la integración de conocimientos ancestrales con recursos tecnológicos modernos, sobre todo en áreas con vulnerabilidad alimentaria.


Finalmente, pero no menos importante, Guatemala tiene un tesoro multicultural, arqueológico, histórico y humano que lo convierte en un destino ecoturístico de talla mundial. Podemos convertirnos en el núcleo de millones de visitantes anuales, con la correspondiente derrama económica para comunidades de los cuatro puntos cardinales, pero necesita de lo ya mencionado: conectividad vial, servicios, recurso humano y comunidades productivas conectadas con un mundo en constante innovación.

ESCRITO POR:

Marcos Andrés Antil

Emprendedor tecnológico, maya q’anjob’al y migrante guatemalteco. Impulsor de la educación y la transformación digital. Fundador y CEO de la compañía XumaK durante 18 años, con clientes en más de 25 países.