por la libertad

¿Tanto tiempo para arreglar una carretera?

Tenemos tanta fobia a la corrupción que hemos creado leyes y regulaciones exageradas que detienen cualquier proceso por cualquier cosa.

Arreglar un derrumbe, un deslave, un agujero o un hundimiento en una carretera en Guatemala toma  meses y hasta años. Es una vergüenza. En Japón y otros países desarrollados, en un día pueden arreglar uno de estos graves problemas.  ¿Por qué toma tanto tiempo para arreglar una carretera?  Porque tenemos tanta fobia a la corrupción que hemos creado leyes y regulaciones exageradas que detienen cualquier emergencia por cualquier cosa.

Tenemos tanta fobia a la corrupción que hemos creado leyes y regulaciones exageradas que detienen cualquier proceso por cualquier cosa.

Ya lo decía el ministro de Comunicaciones, hay cosas que no pueden hacer porque estarían cometiendo un delito y serían demandados.  El caso de Odebrecht ya es famoso por la corrupción descubierta en toda Latinoamérica.  Ellos ganaron una licitación en el  2012 para hacer una ampliación a cuatro carriles de la carretera que va de  Escuintla  a Tecún Umán, frontera con México.  En el   2014 se descubrió la corrupción y sobornos. En el  2016 se detiene la obra que supuestamente debía estar casi terminada y apenas tenía un 30% de avance.  Empieza un proceso judicial que sigue hoy en día.  No se pudo continuar con el trabajo por parte de otras empresas porque el juicio no termina y no se podía hacer otra licitación.  La ampliación sigue incompleta y los cuellos de botella son enormes.  Mientras tanto pierden los guatemaltecos. 

Otro caso es el reciente colapso de la carretera en el kilómetro 43.9 de la autopista Palín-Escuintla, el pasado 13 de junio.  Las causas fueron por falta de mantenimiento, al no limpiar la basura y materiales que hicieron que se acumulara agua evitando que se fuera por el drenaje.  Un mes y medio después aún sigue sin arreglarse ese tramo carretero y aparentemente falta otro mes, con suerte, para terminarlo.  No es por falta de dinero.  Es por temas legales, según el mismo ministro explicó.  Por ello querían que se aprobara un estado de calamidad.  Otra vez perdemos todos los guatemaltecos.  El viernes pasado tuve que ir a Antigua y me tomó casi cinco horas llegar.  Gran parte del tráfico hacia el sur se está desviando por la carretera a Antigua y de ahí a Escuintla por la carretera RN-14.  Es un caos.  Algo que en otros países hubiera tomado entre un día y una semana en repararse, aquí está tomando tres meses o más.

¿Cuál es el problema?  ¿Por qué se quería un estado de calamidad?  ¿Por qué no se pueden hacer los arreglos de inmediato?  Por el exceso de leyes, regulaciones y lo complicadas que se han puesto para que puedan actuar en casos de emergencia las autoridades competentes.  El miedo a la corrupción ha hecho que se creen ciertos procedimientos y leyes exagerados para las licitaciones.  Sin embargo, esto no solo no ha servido, sino que ha causado un tortuguismo y la corrupción se ha adaptado a las mismas.  Hecha la ley, hecha la trampa.  Hoy en día, las bases de las licitaciones se adaptan para que la compañía que se quiere que gane sea la única que pueda cumplir con todos los requisitos de quienes están en contubernio con la empresa licitante que de antemano sabe que va a ganar.  Luego, los trabajos que se hacen son mal supervisados y de mala calidad, además de que  tardan siglos en cumplir con lo prometido.  Al final, el Gobierno termina fallando cuando recibe las obras y es un desastre dándole mantenimiento a las mismas, por lo que ocurren tantos desastres en la infraestructura.  No debemos ser más papistas que el Papa.  Hay que revisar estas leyes y legislaciones, flexibilizar las actuaciones en caso de emergencias y evitar que el Gobierno se meta a manejar todo.  El Gobierno debe salir de planificar y administrar las carreteras y dejar a los expertos invertir y encargarse de ellas en lo privado.

ESCRITO POR:

Ramón Parellada

Empresario. Catedrático universitario. Director del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).