Alternativas

Solo con libertad se puede innovar y progresar

Guatemala es el país de los patojos chispudos, solo necesitamos realmente ser libres de mente y espíritu para innovar.

Innovar es introducir nuevas ideas que aportan valor y representan una mejora respecto al anterior proceso o servicio prestado. No basta con inventar, innovar implica validar, implementar y verificar la efectividad de la idea para satisfacer la necesidad. La capacidad de innovación de un país es crítica porque es un motor para su desarrollo y lo registra anualmente el Índice Global de Innovación. En el 2017, Guatemala obtuvo 27.9 puntos, mientras que para el 2023 descendió a 15.82 y ahora ocupa el puesto 118 de 126 países considerados. Como referencia, Suiza ocupa el primer lugar, con 67.6 puntos. (https://www.theglobaleconomy.com/Guatemala/GII_Index/)


La innovación es peculiar, ya que es propia de un individuo, no de un grupo o empresa. Sin embargo, requiere de un ambiente propicio para surgir. Encabezando el ranquin mundial de innovación están los países que promueven la libertad económica, la libre competencia y la protección a la propiedad privada e intelectual. Sus economías son fuertes y ofrecen a sus habitantes estabilidad política, educación de primera calidad y una infraestructura tecnológica pujante. Al final del listado están los países que luchan contra la pobreza extrema, la desnutrición, la mala educación y la inseguridad. También padecen de una alta corrupción y muchos de sus habitantes viven bajo una economía de subsistencia. En estos países, el individuo se ve coaccionado a priorizar su supervivencia, impidiendo liberar su mente para innovar. Son aspectos que se aplican tanto a Honduras como a Guatemala, y por eso ocupan las posiciones 112 y 118, respectivamente.


Para fomentar la innovación, el Estado debe brindarnos las oportunidades de superación necesarias para que seamos verdaderamente libres. No solo referente a las libertades tradicionales, sino también liberar nuestra mente de la preocupación por sobrevivir. Es imperativo priorizar la educación, la investigación y desarrollo, el análisis y el pensamiento crítico, respetando la libertad de mercado y la propiedad intelectual. Deben ofrecerse vías de financiamiento e incentivos fiscales para fomentar la comercialización global de las innovaciones y la transferencia de tecnología. Guatemala es el país de los patojos chispudos, solo necesitamos realmente ser libres de mente y espíritu para innovar.

Ya es hora de que el pueblo guatemalteco se libere y se imponga.


En Guatemala tenemos libertad para elegir nuestras autoridades, pero ¿será cierto? En apariencia sí, ya que al votar marcamos libremente la casilla correspondiente al partido de nuestra preferencia. Sin embargo, ¿acaso tenemos control sobre quienes llegan al Congreso o a los concejos municipales? ¡Definitivamente NO! Son los partidos políticos quienes nos imponen a sus candidatos que siempre ocupan las primeras casillas de sus listados.


¡Guatemala necesita cambiar! Seríamos muy ingenuos si seguimos haciendo lo mismo esperando obtener resultados diferentes. Los sistemas electoral y legal actuales han permitido que, durante 40 años, los corruptos se afiancen cada vez más en el Congreso. Es nuestro deber ciudadano presionar a los diputados para que modifiquen la Lepp y que el voto al Legislativo y a los concejos municipales sea por nombre y no por listados. Solo así lograremos sacar a los indeseables que siempre aseguran su reelección asignándose las primeras casillas. Los mismos que nos han condenado al subdesarrollo y que han saqueado al país sin escrúpulos. El cambio a la Lepp nos permitirá depurar el Congreso y evitar el inútil circo actual entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Adicionalmente, para depurar el OJ debemos rechazar la reelección y postulación de jueces y magistrados corruptos. De momento, nos vemos obligados a confiar en las comisiones encargadas. Ojalá no nos defrauden.


Ya es hora de que el pueblo guatemalteco se libere y se imponga. Iniciemos exigiendo que los diputados legislen a nuestro favor y que modifiquen la Lepp. Solo así avanzaremos hacia una verdadera la libertad mental para finalmente innovar y progresar.

ESCRITO POR:

Carlos R. Paredes

Consultor en desarrollo institucional y empresarial. Máster en Economía Aplicada y Administración de Negocios. Ingeniero Mecánico Industrial. Exdirector ejecutivo del Campus Sur UVG. Exdecano de la Facultad de Ingeniería UVG. Catedrático universitario.