Escenario de Vida
Solidaridad por incendio del volcán de Agua
El pueblo se unió, pero sigue la incógnita de cómo se desató un fuego tan descomunal.
En medio de la desesperación de ver quemarse el bosque del volcán de Agua, unos se preguntaban quién pondría la gasolina de las aeronaves que apagarían el fuego, mientras otros se imaginaban que era el Conap, por ser el ente rector. Lo cierto es que debía ser el Gobierno. Ante el pandemonio, las oenegés se apuntaron ofreciendo ayuda, mientras otros corrían a preguntarle al Inab qué podían hacer, y la mayoría se acercaba a la Conred. Todos, incluyendo personas particulares y sociedad civil, donaron su tiempo y esfuerzo, y en medio de la catástrofe entraron en pánico, pero a fuerza de necesidad se fueron calmando para entrar en acción.
Debe volverse a reinstaurar el Sistema Nacional de Prevención y Combate de Incendios Forestales.
Claudinne Ogaldes, secretaria ejecutiva de la Conred, identificó seis puntos de calor que atacan vía terrestre y aérea, y por medio de la instalación de un puesto de mando se coordinan acciones.
Miriam Monterroso de Arcas, presidenta de Asorema, llegó con su brigada de emergencia y conjuntamente con Igor de la Roca, secretario ejecutivo del Conap, desplegaron esfuerzos con vehículos y montaron estrategias que permitieron que las brigadas llegaran a diferentes niveles del volcán para rescatar a indefensos animalitos.
Fundaeco no se quedó atrás y apoyó con el combustible para un sobrevuelo, y colaboró Helicópteros de Guatemala para regar agua desde el aire. Las organizaciones que conforman Asorema estuvieron al pie del cañón. El pueblo se unió, pero sigue la incógnita de cómo se desató un fuego tan descomunal, pues de manera natural sucede solo cuando las temperaturas son extremadamente elevadas y ahora ni siquiera ha hecho calor.
Se perdió tiempo, aducen muchos, cuando no debió haber pasado si el expresidente Jimmy Morales no hubiese derogado el acuerdo gubernativo en el 2017 que tenía partida para combustible y le daba vida al Sistema Nacional de Prevención y Combate de Incendios Forestales. A Dios gracias, Conred tomó las riendas junto al Inab, coordinando a nivel institucional. Así vimos llegar la brigada de la Municipalidad de Antigua, la de Santa María de Jesús, la de San Lucas y otras más.
Pero lo que es cierto es que hasta el jueves se presentaron 450 personas, 50 vehículos y 27 vuelos. Tuvo que venir una catástrofe para que nos solidarizáramos todos. Sin mayor parpadeo se hizo presente la vicepresidenta Karin Herrera, apoyando con recursos y entrando en coordinación. El Ministerio de la Defensa brindó sus aeronaves y las oenegés de Asorema también aunaron esfuerzos con Conap y la Unidad de Bienestar Animal del Maga. Apoyaron Defensores de la Naturaleza y Antigua Exotic, los bomberos forestales y las brigadas comunitarias, biólogos y veterinarios. Desde noviembre, Calmecac ha venido impartiendo talleres y capacitaciones para prevención y control de incendios, y con brechas cortafuegos apoyando a las instituciones.
Según Rony Granados, gerente del Inab, al final de la noche del jueves se había quemado aproximadamente una caballería de bosque, pero en especial fueron pastizales y arbustos. Aún no se sabe quién lo ocasionó, aunque todos sabemos que los incendios, son en su mayoría, provocados. El 26% ocurre por el mal manejo de las rozas agrícolas. Al preguntarle cuánto falta para que se apague el incendio, me responde que será cuando el fuego llegue al cono, y que dependerá del viento.
Guatemala es uno de los países más vulnerables a desastres naturales del mundo por el cambio climático, razón por la cual ya es hora de que en el presupuesto nacional se contemple seriamente reinstaurar el Sistema Nacional de Prevención y Combate de Incendios Forestales que se derogó en el 2017.