CON OTRA MIRADA

Sobre la felicidad

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Al terminar la primera semana del nuevo año reflexiono sobre los buenos deseos por alcanzar la felicidad que los guatemaltecos transmitimos al inicio extraoficial del ciclo navideño; es decir, el 1Nov, cuando las familias se reúnen para recordar a sus seres queridos que ya descansan en paz, congratularse por el encuentro, agradecer estar vivos y, desde luego, para degustar el fiambre, plato tradicional de nuestra gastronomía que afirmamos con todo aplomo no haber otro más sabroso que el que prepara la matriarca del clan.

' Ya con las baterías recargadas, listo para un nuevo año con 365 oportunidades para ser feliz y exitoso.

José María Magaña Juárez

En ese período empezamos a escuchar y recibir mensajes de todas partes y por todos los medios con el consabido Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo / Joeux Noël et Bonne Année / Buon Natale e Felice Anno Nuovo / Merry Christmas and a Happy New Year / Frohe Weihnachten und ein glückliches Neues Jahr / Bon Nadal I Prosper Any Nou y, desde luego, a imaginar ingenuamente que la tal felicidad llegará envuelta en papel de regalo y con moña, Dios sabrá de dónde, pero la noche del 24, en las manos de aquel viejo gordo vestido de rojo, generador de grandes ilusiones infantiles y mayores gastos para los adultos.

Pero veamos más allá. Aristóteles, en Ética a Nicómaco (349 a.C.) utilizó el término griego eudemonia (eu=bien y daimon= espíritu) que puede traducirse como “felicidad”, aunque también se le atribuye el significado de prosperidad, riqueza, buena fortuna, vivir bien y florecer. Para el filósofo, la felicidad es el fin que busca todo ser humano; es decir, el bien es el mayor deseo que guía todas sus acciones.

Para el sacerdote jesuita Fabio Ramírez Muñoz, de la Universidad Javeriana, Aristóteles divide en tres el tema del fin último o felicidad, que no deben confundirse: el fin de la política como disciplina arquitectónica, el fin de la vida humana buena y la felicidad; fines que, siendo semejantes, puede decirse, usando una expresión del filósofo, que “su esencia no es la misma”.

Sostiene, además, que para alcanzar la verdadera felicidad el ser humano necesita basar su vida en acciones virtuosas, sustentadas en el pensamiento, la justicia y la razón, e identifica tres formas de vida que buscan la felicidad.

La primera está guiada por el placer, que la felicidad se encuentra en la satisfacción de los impulsos. Esa forma de vida es comparable a la de los animales. La segunda es la vida política, en la que el individuo busca la felicidad a través de los honores, las grandes hazañas y la riqueza; como si ser feliz dependiera de la aprobación de los demás. La tercera es la que el filósofo llama contemplativa. En esa modalidad, el individuo actúa de forma puramente racional y entiende que la felicidad es un fin en sí mismo, es decir, no son necesarias herramientas como el dinero o el poder para alcanzarla.

Pero viéndola más actualizada, W. Shakespeare (1564-1616) dijo: “Siempre me siento feliz. ¿Sabes por qué? porque no espero nada de nadie. Esperar siempre duele. Los problemas no son eternos, siempre tienen solución. Lo único que no se resuelve es la muerte. La vida es corta, por eso ámala, sé feliz y siempre sonríe. Antes de morir… ¡Vive!”

Concluyo con la reciente conversación con mi amigo José Domingo Conde, del 1En2023:

— Ya con las baterías recargadas, listo para un nuevo año con 365 oportunidades para ser feliz y exitoso.

— Me encanta tu optimismo y positiva actitud… ¿Serán contagiosos?

— Totalmente contagiosos.

¡Oportuno contagio para todos!

ESCRITO POR:

José María Magaña

Arquitecto -USAC- / Conservador de Arquitectura -ICCROM-. Residente restauración Catedral Metropolitana y segundo Conservador de La Antigua Guatemala. Cofundador de la figura legal del Centro Histórico de Guatemala.