FUERA DE LA CAJA
Simplicidad y precisión
La comunicación es inherente al ser humano. Gracias a ella los pensamientos, las opiniones y los sentimientos cobran vida para articular procesos de los que derivan el conocimiento, la cultura, la experiencia y las relaciones sociales.
Por naturaleza, todos somos comunicadores. Pero no todos tenemos las habilidades para comunicarnos de manera asertiva, carencia que incrementa el margen de error con consecuencias, en ocasiones, fatales.
La asertividad de la comunicación es compleja, y más cuando los destinatarios están sobresaturados de estímulos provenientes de entornos en los que los canales son tan variados como los prejuicios.
El desafío es enorme, pero superable. ¿Qué hacer para que su comunicación sea eficaz; es decir, que sus mensajes sean comprendidos por su interlocutor, a la primera?
El uso de un lenguaje preciso y comprensible es la esencia de la comunicación eficaz. No importa el tema ni su complejidad. Lo que cuenta es la simplicidad y la precisión.
' ¿Qué hacer para que su comunicación sea eficaz; es decir, que sus mensajes sean comprendidos por su interlocutor, a la primera?
Klara Campos
No es fácil, pero sí posible. La comunicación asertiva es el resultado de un proceso que requiere preparación y habilidades del emisor. El reto es construir la narrativa de manera que, en pocas palabras, exprese la idea que se pretende compartir o posicionar. Un mensaje simple y claro favorece la atención de quien lo recibe, condición básica para estimular su interés. Logrado el interés, lo demás es como agua cayendo en cascada.
Un mensaje preciso optimiza el tiempo: el suyo y el del interlocutor. Y además mejora la receptividad y la comprensión del mensaje, y por lo mismo la gestión del conocimiento, la afectividad y la conducta deseada.
Para “hacer” comunicación eficaz es necesario comprender a cabalidad la idea a compartir, de manera que sintetice su esencia, preservando la sustancia de su contenido: el resumen del resumen.
Cuando la idea que se quiere comunicar es ampliamente comprendida por el emisor se posibilita la incorporación de detalles que inciden en la precisión, minimizando las potenciales distorsiones del contenido.
No perdamos de vista que se trata de alcanzar un objetivo. Esto significa que el emisor le debe facilitar las cosas al destinatario. Si el destinatario valora y jerarquiza el contenido de la misma manera que lo imaginó el emisor, el objetivo se habrá alcanzado.
El dominio de la técnica de la comunicación eficaz permite que, incluso, hasta las “improvisaciones” se potencien cuando se planean. Winston Churchill se despidió una vez diciendo: “Voy a preparar la improvisación de mañana”, y Shakespeare comentaba: “Las improvisaciones son mejores cuando se preparan”.
La comunicación eficaz es, sin duda alguna, una valiosa herramienta de gestión para buscar consensos, conquistar adhesiones y compartir perspectivas para la construcción de un mundo en el que el gran desafío es encontrar puntos de coincidencia para tomar decisiones trascendentales.
Recuerde: la mente acepta y apoya con mayor vehemencia lo que comprende. La comunicación eficaz es eso: esforzarnos por hacer fácilmente comprensible el contenido de los mensajes, y hacer de estos un vehículo que permita privilegiar la esencia de las ideas por encima de los adornos y complementos que solemos emplear en nuestras comunicaciones cotidianas y profesionales.