Catalejo

Reos muy peligrosos reciben inesperado regalo

¿Reos peligrosos con uniforme oscuro? Un chiste. *¿Préstamos foráneos? Caminar sobre cáscaras de banano.

Los reos de alta peligrosidad de las cárceles de los países avanzados deben utilizar obligatoriamente uniformes muy llamativos, a fin de facilitar su identificación por los agentes, en caso por cualquier motivo logran escaparse y la fuga, con esa lógica medida, se les complica incluso cuando están huyendo en la oscuridad. Quienes en Guatemala tienen esa calificación y se encuentran en la cárcel de El Infiernito, Escuintla, y muy pronto recibirán un regalo inesperado, antes de los demás: uniformes color verde musgo, muy difícil de reconocer en poca luz. La idea de uniformarlos, por ser mal aplicada, peor pensada, y autorizada por el señor Sergio Vela, director del Sistema Carcelario, provoca sorpresa, enojo y comprobación de incapacidad generalizada.

¿Reos peligrosos con uniforme oscuro? Un chiste. *¿Préstamos foráneos? Caminar sobre cáscaras de banano.

Los reos declarados de alta peligrosidad son criminales multi reincidentes en delitos comunes, participación de maras, relación directa o indirectamente con el narcotráfico y la venta de drogas, entre otros. Por lo general se hacen tatuajes de pertenencia a alguna organización criminal. Las autoridades policíacas muchas veces están infiltradas, participan en delitos o crímenes, o tienen acceso a dinero suficiente para corromper a quienes se debe, para continuar delinquiendo. Por encima sobrevuela un sistema judicial casi totalmente corrupto, utilizado con propósitos de venganza política. En esas condiciones, no hay opción: pensar en ser beneficios para la criminalidad.

Por el momento, las ofertas para contratar los uniformes aún están pendientes de escogencia. Es momento de cambiar la decisión del color y de entender por qué es necesario hacerlo. Esta decisión no es motivo para cambios en el precio y el Ministerio de Gobernación está obligado a actuar de inmediato para detener esta decisión descabellada, realmente. Estos reos están aislados, según indica Vela, pero aun así sus comunicaciones con el exterior son constantes, variadas y sobre todo ingeniosas. Pero, además, de nada servirán las acciones planificadas para eliminar la porosidad de la entrada y salida de familiares. Si no se hace esto, los criminales de alta peligrosidad deberían mandar una carta de agradecimiento porque si escapan ya tendrán una preocupación menos.

¿Para qué y cómo se pagará?

El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) ofrece a Guatemala 350 millones de dólares anuales de préstamos según indicó su presidenta Gisela Sánchez Maroto. Las informaciones al respecto dan una idea de las “áreas de focalización” en millones de dólares: 1. Desarrollo Humano, infraestructura social: 3,687; 2. Infraestructura productiva: “3,955. 3. “Servicios de competitividad”, 1,680: 4. Energía, 1,410 y Desarrollo rural y medio ambiente, 1,1.09 (el último lugar). La suma de las cifras alcanza 12,080 millones. Sin embargo, no menciona un poco más de destino de los fondos ni dice otro tema desconocido: cuánto es el porcentaje de interés cobrado por el BCIE y todo gira sobre las predicciones de la Comisión Técnica de Finanzas.

Dicho a lo chapín: ¿de dónde saldrá el pisto y cuánto será? De la respuesta a esta pregunta depende la capacidad real del Estado guatemalteco para enfrentar los pagos. Las consecuencias de no poder hacerlo pueden acabar con la relativa estabilidad macroeconómica del país, muchas veces sin relación con la economía real: la de los ciudadanos de a pie, de las amas de casa para adquirir comida. La capacidad económica guatemalteca podría ser mayor, pero hay un maremágnum: demasiados casos de elusión de impuestos, de trámites burocráticos, de corrupción generalizad, a lo cual falta caer en una vorágine de préstamos en momentos de una situación económica tan difícil para los sectores de poca capacidad económica, abandonada a su suerte por demasiado tiempo.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.