PLUMA INVITADA
Recuperarse mejor juntos: Taiwán puede ayudar
Con menos de 500 casos confirmados y siete muertes, Taiwán ha desafiado las predicciones y ha contenido con éxito la covid-19. A pesar de que la pandemia ha hecho que la comunidad internacional sea muy consciente de la exclusión injusta y discriminatoria de Taiwán de la Organización Mundial de la Salud y del sistema de la ONU, la República Popular de China (RPC) continúa presionando a la ONU para que utilice una interpretación errónea de la Resolución 2758 (XXVI), adoptada por la Asamblea General de la ONU de 1971, como base legal para bloquear a Taiwán. El hecho es que esta resolución no aborda el tema de la representación de Taiwán en la ONU, ni establece que Taiwán sea parte de la República Popular de China. De hecho, Taiwán no es, ni ha sido nunca, parte de la República Popular de China. Nuestro presidente y nuestra legislatura son elegidos directamente por el pueblo de Taiwán. Además, los controles fronterizos instituidos durante la pandemia ofrecen más pruebas para contrarrestar las falsas reclamaciones de la República Popular de China. La ONU debe reconocer que solo el gobierno elegido democráticamente en Taiwán puede representar a sus 23,5 millones de habitantes; la República Popular de China no tiene ningún derecho a hablar en nombre de Taiwán.
' Taiwán puede ayudar a los países a recuperarse mejor de los trastornos causados por la pandemia.
Jaushieh Joseph Wu
No contar con la participación de Taiwán en las Naciones Unidas es una pérdida para la comunidad mundial y obstaculizará los esfuerzos de los Estados miembros por recuperar la normalidad e implementar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en su totalidad y a tiempo. Al aprovechar su excelente trabajo sobre los ODS, Taiwán puede ayudar a los países a recuperarse mejor de los trastornos causados por la pandemia. Nuestra economía ha demostrado ser resiliente: el Banco Asiático de Desarrollo pronostica que el desempeño económico de Taiwán en 2020 será el mejor entre los Cuatro Tigres Asiáticos, el único en mostrar un crecimiento positivo. Además, muchos de nuestros indicadores de los ODS, incluidos la igualdad de género, el crecimiento económico, el agua potable y el saneamiento, la reducción de la desigualdad y la buena salud y el bienestar, han alcanzado niveles comparables a los de los países de la Ocde. Nuestros continuos esfuerzos para implementar los ODS, junto con nuestra probada respuesta a la pandemia, colocan a Taiwán en una posición mucho mejor que la de la mayoría para ayudar a la comunidad mundial a abordar los desafíos actuales que enfrenta la humanidad.
Taiwán lleva mucho tiempo ayudando a sus países socios en África, Asia, el Caribe, América Latina y el Pacífico con sus objetivos de desarrollo. Ya estamos capacitados para ayudar, pero podríamos hacer mucho más si tuviéramos la oportunidad de participar en las actividades, reuniones y mecanismos de la ONU.
Desafortunadamente, a los 23,5 millones de habitantes de Taiwán se les niega el acceso a las instalaciones de la ONU. A los periodistas y medios de comunicación taiwaneses también se les niega la acreditación para cubrir las reuniones de la ONU. Esta política discriminatoria se deriva de las reclamaciones y presiones ilícitas de un Estado autoritario y contraviene el principio de universalidad e igualdad sobre el que se fundó la ONU.
“Nosotros, los pueblos de las Naciones Unidas decidimos… reafirmar la fe en los derechos humanos fundamentales… [y] la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de naciones grandes y pequeñas”. Así es como comienza la Carta de la ONU. El ideal de defensa de los derechos humanos y las libertades fundamentales para todos que se establece en este texto no debe quedar en palabras vacías. De cara a los próximos 75 años, nunca es demasiado tarde para que la ONU dé la bienvenida a la participación de Taiwán.
*Ministro de Asuntos Exteriores República de China (Taiwán)