David McCreery escribió el artículo La Pandemia de Influenza de 1918-1919 en la Ciudad de Guatemala. Revista Anales de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala, enero a diciembre de 1995, página 111-132. A continuación, extractos de la misma. Número de página entre paréntesis.

McCreery. refiriéndose al Diario de Centro América del 20 de enero de 1919 textualmente dice: En un extenso documento, La Cuestión Sanitaria, se describieron los pasos necesarios que debían ejecutarse. Según la publicación como las epidemias se propagan por la suciedad y las condiciones de hacinamiento, las autoridades debían cerrar escuelas, iglesias, cantinas…y establecimientos similares, y prohibir todas las reuniones, procesiones, velorios y similares. Señalaba también que debía iniciarse una limpieza general, eliminando los basureros callejeros, y asegurarse de que existieran condiciones sanitarias adecuadas en los campamentos, en el Mercado Central, y entre los vendedores ambulantes de comidas y dulces… (115-116).

En una publicación del Diario de Centro América del 14 de diciembre de 1918, se recogen las recomendaciones sobre cómo enfrentarse a la pandemia por parte del Consejo Superior de Salubridad, organizado originalmente para combatir el paludismo y la fiebre amarilla, y dirigido por un representante local de la Fundación Rockefeller. (116).

Dicho Consejo sugirió: 1. Establecer una cuarentena en todas las área infectadas del país; 2. Prohibir toda reunión pública de 10 personas o más; 3. Aislar a todos los enfermos y obligarlos a quedarse en cama; 4. Prohibir escupir en un público; 5. Instruir al público para que use pañuelo al toser o estornudar en público; 6. Recomendar que se quemen todas las secreciones relacionadas con la influenza; 7. Usar obligatoriamente máscaras; y 8. Vacunar a la población. (116-117).

Obsérvese estas recomendaciones con las que se han dado para enfrentar la pandemia en 2020 por parte del gobierno: 1. Uso obligatorio de mascarillas; 2. Distanciamiento social de 1.5 a 2 metros entre cada persona; 3. Lavado frecuente de manos con agua y jabón o utilizar desinfectante.

Se organizó una Asociación Nacional de Salubridad, con el propósito de establecer una campaña de lucha contra la epidemia, así como una policía sanitaria, a fin de aplicar las regulaciones en relación a las reuniones, uso de mascarilla; para llevar a los pacientes al hospital o disponer de los cadáveres; así como para asegurarse de que se recogiera la basura y que se llevara a cabo desinfecciones donde fuera necesario.(118).

McCreery hace un detalle de fallecidos por departamento y señala que la influenza atacó primero a la región noroccidental del país, después a la capital y, por último, a la región nororiental. (123).

El autor presenta cuadro estadístico de enfermos por día y por departamento, del 20 de enero a 9 de marzo de 1919, siendo los más altos Huehuetenango con 12,400; Jalapa con 9,233; y Quetzaltenango con 4,125. No proporciona datos de San Marcos ni del Departamento de Guatemala..(125)

McCreery concluye: Los datos publicados señalan que murieron alrededor de 50,000 personas, equivalente al 3% de la población; en realidad los datos reales fueron al menos el doble de lo señalado, y aun talvez fueron mucho mayores. No hay medio, sin embargo, para poder asegurarlo. El ciclo fue breve y agudo, y la población parece que se recuperó rápidamente (130).

Respecto al impacto en la producción de café que era el principal producto de exportación, el autor no reporta que hubiera afectado la cosecha. Sin embargo, hubo cambios en el viejo sistema de trabajo forzado; en 1920 el gobierno canceló lo que se conocía como mandamientos. (130-131).