Escenario de Vida

Quienes quemaron áreas protegidas deben ser castigados

Que la justicia investigue, mientras nosotros nos encargamos de reconstruir, sembrar y cuidar lo que nos queda.

¡Qué crueldad la que han cometido los incendiarios que por hacer daño político se encargaron de prenderle fuego a tantísimos lugares paradisíacos en áreas protegidas, causando daños irreparables; daños que ahora les regresarán a ellos, a sus hijos y nietos y al resto de los guatemaltecos, pues la pérdida nos afectará a todos! 

Que la justicia investigue, mientras nosotros nos encargamos de reconstruir, sembrar y cuidar lo que nos queda.

Uno de ellos fue el Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic, que por primera vez en la historia estuvo en llamas.  Este refugio era destinado a ser un corredor biológico para los grandes mamíferos como los manatíes, siendo su zona reproductiva más importante en el Atlántico de Guatemala. Se trató de un incendio devastador que en gran parte consumió no solo el refugio, sino que afectó el estatus del humedal. De lograr restaurarlo tardaremos de 15 a 20 años.

El fin de estos incendiarios fue hacer daño al gobierno de turno, pero el daño nos lo hicieron a todos. ¿Y qué me dicen de los bosques nubosos del Biotopo del Quetzal? También estuvieron en llamas, todo producido por estos infelices personajes que ya debieran estar entre rejas.  Las pozas de Semuc Champey, otra de nuestras joyas, también se cundió de llamas. ¿Y el turismo?  Obviamente ya ni llegó, por los riesgos de desprendimiento de rocas.

Otras áreas afectadas son el Parque Nacional Laguna del Tigre, el Parque Nacional Sierra del Lacandón, Sierra de las Minas y la Reserva de Biósfera Maya (RBM). Allí se produjeron incontables incendios que amenazaron con terminar con los  ecosistemas naturales esenciales que son el refugio de miles de especies de flora y fauna y aves migratorias.

Fue en la Laguna del Tigre  donde se  desataron groseros incendios forestales que amenazaron con consumir incontables bosques, incluso cerca de las concesiones forestales. La esperanza está en el amor y la pasión de quienes se internan en la selva para resguardarla con sus vidas.

¿Estamos repitiendo la historia? Debemos recordar cómo sucumbió la Civilización Maya. Fue por la ambición de crear majestuosos y elaborados templos, pero al descubrir el arte del yeso para adornar esos templos calcularon terriblemente mal el consumo de la fuente de energía  necesaria para alcanzar la temperatura óptima, quemando tanto la madera seca como la  verde, lo que provocó una deforestación masiva. Si a esto le añadimos algunos años de sequía, tendremos como resultado los ingredientes del desastre de su sociedad.

Y eso es lo que tenemos frente a nuestros ojos, por los incendios provocados. Una real catástrofe que trae consigo inundaciones, deslaves y destrucción vial. Esta gente malintencionada lo hace por talar ilegalmente, quemando para cubrir sus fechorías. Pero ante todo el desastre ocurrido no debemos bajar la cabeza. Que la justicia investigue y encuentre a estos ingratos guatemaltecos partidistas que nos han producido estos daños  y los ponga tras   rejas, mientras nosotros nos encargamos de reconstruir, sembrar y cuidar lo que nos queda.

Igor de la Roca, secretario ejecutivo del Conap, en conjunto con la Conred  y el apoyo de oenegés e instituciones gubernamentales y sociedad civil, son nuestros héroes que se unieron para sofocar los fuegos y lograr salvar a algunos animalitos en peligro de ser calcinados.

¿Qué podemos hacer? Conap está declarando el tercer sábado de junio para iniciar con jornadas de reforestación y restauración. “Plantemos” apadrina árboles para reforestar el volcán de Agua. Está el Instituto Nacional de Bosques (Inab) con “el Día del Millón de Árboles” o “Sembrando Huella 2024”,  con 400 mil nuevos árboles. Si conoce más iniciativas de esta naturaleza, escríbame.

ESCRITO POR:

Vida Amor de Paz

Presidenta de la Fundación del Bosque Tropical. Directora general de Planeta Verde Televisión. Presentadora de Los secretos mejor guardados, de Guatevisión. Recorre el mundo filmando en cinco continentes. Es graduada de la Universidad Panamericana, en Periodismo.