Juan Balboa Cuesta nació en Arriaga, Chiapas, en 1959. Falleció en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, en el 2022. Editor de revistas, corresponsal e intelectual mexicano. Como comunicador social, siempre tuvo simpatía por las personas involucradas en el hecho noticioso, cuando resistían injusticias. Sus notas y reseñas se especializaron en asuntos políticos, sociales y de sufrimiento humano. No buscaba explotar el escándalo ni exagerar hechos, sino dar cuenta cabal de los acontecimientos. En tales temas, se necesita tener un amplio conocimiento de los actores, formaciones políticas e historia reciente. Para el efecto, desde su juventud, gracias a su vocación de ahondar en los movimientos sociales, era un experto de la situación chiapaneca. Tal destreza la puso de manifiesto al colaborar con una revista mexicana nacional, de izquierda: Proceso, con la exposición pertinente de las causas de los conflictos.

Durante el enfrentamiento armado, en la década de 1980, muchos connacionales se refugiaron en Chiapas. Allí, se encontraron con este joven reportero que se había unido al esfuerzo de intelectuales del entonces Distrito Federal para fundar el diario La Jornada. Sus notas se sujetaban a los hechos, pero ponían al descubierto las circunstancias del asilo de miles de compatriotas. Nunca abandonó la objetividad, pero siempre encontró la dimensión humana para comprender el drama vivido por los guatemaltecos. En medio de las difíciles circunstancias, viajó a Guatemala para conocer de cerca a los actores de una sociedad donde se manifestaba una rebeldía expresada en la lucha armada, pero también la represión inhumana e ilegal de la contrainsurgencia. Sus reportajes sirvieron para informar a la opinión pública mexicana de lo vivido en nuestro país. Esa tarea no era fácil. La denuncia sobre impedimentos a un régimen democrático y los excesos de la represión se intentó soslayar por una alianza de los sectores dominantes de ambos países, en aquellos años espantosos.

Sin embargo, la mayor parte de su trabajo se refería a Chiapas: a las luchas campesinas y denuncia de la corrupción en los programas de gobierno. No dudaba en señalar a los cargos más altos. La tarea era difícil, pues había un partido de gobierno muy fuerte. El PRI en los hechos actuaba como partido único. Se necesitaba valentía para enfrentar a los políticos atrabiliarios en puestos con mucho poder. Desafiante, Juan fundó la revista Ámbar como un medio de opinión crítica. No obstante, el gobierno estatal también tenía políticos hábiles, de esa cuenta ordenaba páginas para dar su versión de los hechos. Juan nunca cerró el medio, pero ponía un marco o utilizaba cursivas para destacar que era campo pagado. Jamás aceptó esconder o tergiversar hechos, mucho menos opiniones críticas; ello le valió respeto como periodista independiente.

Su estatura nacional fue reconocida al integrarlo en la agencia Notimex y enviarlo como corresponsal a La Habana. Intelectuales chiapanecos y guatemaltecos aprovecharon para visitar Cuba desde un observatorio privilegiado en la década de 1990. Se casó con una cubana y tuvo una hija. Volvió a la profesión con mayor reconocimiento. La experiencia internacional incrementó su caballerosidad, bondad humana y la profundidad de su análisis. Su último proyecto fue la revista Páginas, a fines del siglo pasado.

El 7 de diciembre del 2022, sufrió un infarto en San Cristóbal de Las Casas que le causó la muerte. Han pasado varios meses, pero su recuerdo queda; como también el cariño y agradecimiento de guatemaltecos que recibieron solidaridad y refugio en México.