NOTA BENE
¿Qué significa ser de derecha?
Las personas derechistas suelen ser estereotipadas como hipócritas y egoístas. Negocian bajo la mesa sus privilegios gubernamentales pero abogan por la libertad de mercado. Maltratan al prójimo, son indiferentes ante la pobreza y pecan, pero profesan ser creyentes. Promueven leyes para frenar la migración y el cambio, al tiempo que niegan ser racistas y autoritarios al estilo de Hitler. Viajan mucho, leen poco, y forman criterios superficiales.
' Debemos cambiar el estereotipo.
Carroll Ríos de Rodríguez
Los estereotipos se repiten frecuentemente en las noticias, memes y podcast, y van calando. Con el tiempo, se sospecha de cualquier individuo que defiende la libertad económica o la religión: quien lo juzga asumirá que necesariamente esconde algo malo. Lógicamente, deseamos evitar que se nos tache de ultraconservadores, ultracatólicos, fachos, whitemalans u otra etiqueta similar. Ponemos distancia con relación a las figuras públicas que parecen encarnar la caricatura. A veces proponemos descartar el espectro derecha-izquierda en su totalidad o vamos asumiendo posiciones izquierdistas para eludir el acoso.
Este estereotipo es muy dañino, porque el progreso social y el florecimiento humano dependen de que vivamos según los valores asociados con la derecha. El psicólogo social Jonathan Haidt destiló cinco sistemas de valores morales que forman la base de la política en Estados Unidos. Tras encuestar a 30,000 compatriotas, concluyó que a los conservadores (derecha) les interesan todos, mientras que a los progresistas les interesan principalmente los primeros dos. El primero es el cuidado de los demás, especialmente de los niños y los desvalidos. El segundo tiene que ver con la justicia y la confiabilidad. Los otros tres son: lealtad, autoridad y el sentido de la pureza y lo sagrado. En un escrito posterior, Haidt agregó un sexto sistema moral relacionado con la libertad.
La derecha es estigmatizada por sus supuestas carencias, tanto de principios como de empatía, pero en realidad, la derecha tiene principios y se ocupa del bien ajeno. Lo que ocurre es que su óptica es distinta. La derecha lamenta la destrucción de la familia porque es a través de ella, y de las asociaciones voluntarias, que se logra la protección de los más vulnerables de la sociedad. En cambio, el progresista exige al gobierno que se haga cargo mediante programas sociales. La derecha considera injusto que el gobierno tome el fruto del trabajo de un emprendedor para redistribuirlo a personas menos productivas, en tanto los izquierdistas piden al gobierno aplicar la coerción para hacer justicia social.
Más allá de las etiquetas, importa recapacitar sobre las ideas realmente constructivas. La autogestión y las asociaciones de vecinos solucionan problemas locales eficazmente, sin sobrecargar a la administración pública centralizada. La confianza mutua y la cooperación social pacífica son estimuladas a través de nuestra participación en mercados abiertos y competitivos. En última instancia, hasta los gobiernos de izquierda dependen del bienestar de las familias y las empresas, y de su capacidad para crear riqueza, pues ambas generan los fondos que financian los proyectos estatales.
Es más humana una sociedad que se compromete a garantizar y respetar la dignidad inherente a cada ser humano. Hace valer dicha dignidad mediante instituciones como el estado de Derecho y la igualdad ante la ley. Protege la vida, honra a la familia y estimula la libertad de intercambio, de asociación, de religión, de opinión y más. Busquemos los medios para reemplazar el estereotipo negativo de la derecha con una visión inteligente y empática, esperanzadora y atractiva, de la sociedad de personas libres y responsables.