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¿Qué pasa con equidad en la Inspección de Trabajo?

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Este mes cumple 74 años de fundación la Inspección General de Trabajo, un ente cuyo principal objetivo es velar por el cumplimiento del Código de Trabajo y, además, actuar como un mediador entre el patrono y empleado, sin que ambas partes tengan que llegar a un proceso judicial. Sin embargo, la mayoría de veces los empleados aprovechan esta tutelaridad para sacar ventaja de situaciones donde ellos no tienen razón. No todos los colaboradores son iguales, muchos de ellos sí tienen una causa justa para demandar, pero otros no. Por lo que la Inspección debería investigar la información antes de proceder en contra de una empresa.

' La Inspección de Trabajo debe tomar en cuenta que en una historia siempre existen dos versiones, la del empleado y la del patrono.

Brenda Sanchinelli

En estos momentos de crisis mundial, tener un empleo es un privilegio; sin embargo, en Guatemala existe una expresión muy utilizada por algunos empleados, que por cierto no se caracterizan precisamente por manejar la excelencia en su trabajo. Literalmente es: “Voy a ir a trabar a esta empresa a la Inspección de Trabajo”. Esto se ha vuelto un arma de amenaza, coacción y chantaje para los patronos, sobre todo para los pequeños empresarios.

Es importante tomar en cuenta que en una historia siempre hay dos versiones. Sin embargo, la Inspección de Trabajo toma el principio in dubio pro-operario, lo cual significa, “en caso de duda, todo lo que beneficie al trabajador”. Este axioma es arbitrario, si se ve desde el punto de vista de que los hechos se enfocan desde una sola perspectiva.

Esta entidad debería reformar algunos de sus reglamentos procesales, que en estos tiempos son obsoletos, ante la mala fe y denuncias de personas inescrupulosas que utilizan a la institución como un arma contra sus patronos, ya que, aunque algunas denuncias son legales, no son legítimas, pues son versiones manipuladas y verdades a medias.

Muchas de ellas tienen inconsistencias legales y son sin fundamento, lo cual solo hace que el patrono pierda tiempo en preparar expedientes y su defensa sea larga y costosa, lo que quita tiempo efectivo laboral e impide a la empresa avanzar en sus actividades económicas. Esos procesos afectan a los demás empleados de la empresa, que pueden verse dañados por este tipo de situaciones.

En Guatemala, las mipymes forman un 99.57% del mercado laboral y existe solo un 0.43% que son consideradas grandes empresas. Son las mipymes las que aportan un fuerte porcentaje al PIB del país y mejoran los índices económicos como empleo, salarios, mejora de calidad de vida, entre otros. La Inspección de Trabajo hace procesos de acción rápida y burocrática para tomar acciones en contra de los patronos. Basta una simple denuncia de palabra y sin pruebas del trabajador para que ellos lleguen corriendo a citar al patrono a una audiencia, desplegando personal y recursos ilimitados para este fin. Pero se ve una diferencia abismal si es el patrono el que está pidiendo una inspección a cierto trabajador.

Por lo mismo, es recomendable que la Inspección sea realmente mediadora entre el empleado y la empresa. Porque es posible que muchos empleados se salgan con la suya al cobrar una cantidad exagerada de dinero, habiendo tenido muchas faltas, incluso robos, estafas, infidencias y otras situaciones graves que ameritan no solo el despido inmediato, sino hasta cárcel. En lugar de esto reciben un jugoso cheque.

La inspección de trabajo debe replantearse su misión, ya que la misma menciona: “Implementar políticas y promover la equidad, relativas al trabajo decente y previsión social”. Sin embargo, los patronos quedan fuera de esta y no existe tal defensoría para ellos, olvidando que la equidad e igualdad son dos de los principios éticos de la justicia.

ESCRITO POR:

Brenda Sanchinelli

MSc. en Relaciones Internacionales e Imagen Pública. Periodista, experta en Etiqueta. Dama de la Estrella de Italia. Foodie, apasionada por la buena mesa, compartiendo mis experiencias en las redes.