FUERA DE LA CAJA
¡Qué apesta a naftalina!
¿Te gusta aprender, descubrir, innovar? ¡A mí también! Expertos aseguran que esa es la competencia medular del ser humano porque es la que detona el proceso evolutivo y abre las puertas a todas las demás competencias que adquirimos, como las de análisis, síntesis, organización, planificación y resolución de problemas.
Por eso es tan urgente estimular la curiosidad, la creatividad y la capacidad de asombro. Especialmente cuando hablamos de ambientes empresariales, en donde asumir un rol activo para crear y gestionar lo que creamos es determinante.
Atrás quedó lo que llamo el MBAsaurus, ese pénsum anquilosado que nos preparó para administrar un negocio. Sí, como tú, yo también tengo mi diploma, y sinceramente ¡huele a naftalina! Tanto como el saco talla 10 que usé hace más de 15 años y el doble de kilos para mi graduación y que ya ni me cierra.
' Es momento de convertirnos nuevamente en alumnos para aprender destrezas y descubrir herramientas de gestión empresarial.
Julio Zelaya
Por supuesto que no me arrepiento; al contrario, esos 24 meses de quemarme las pestañas y luchar con uñas y dientes por ganarme un espacio en la curva de rendimiento escalonado fueron determinantes para lo que he logrado construir y también para lo que he destruido con mis metidas de pata. ¿Por qué? Porque me enseñaron, así de simple, me aleccionaron, me mostraron, me dictaron, me sumergieron en los libros, unos muy buenos, por cierto, pero no me empujaron a ser parte de procesos colaborativos en los que aplicara mi liderazgo empresarial en formación, no me retaron a desarrollar o tan siquiera aplicar herramientas accionables de trabajo en equipo.
Preparándome para mi MBA leí sobre grandes empresas y empresarios a quienes ahora encuentro en google, pero nunca me motivaron a estructurar un networking para que pudiera conocerlos, preguntarles, hacer un internship en sus corporaciones, plantearles proyectos y desarrollarlos en un ambiente de experimentación.
Me enseñaron a ser individualista y competitivo para convertirme en un gerente aguerrido que defendería su puesto con sangre, sudor y lágrimas. ¿Es eso lo que necesitamos ahora? ¡No! El mundo del emprendimiento real me enseñó que la empatía, la sinergia, el liderazgo de servicio y la estrategia integradora son las que funcionan, no solo para mejorar kpi’s, sino para cumplir nuestros sueños y alcanzar nuestro propósito de impactar positivamente al mundo con lo que nos apasiona hacer. ¿Eso es más light o menos pro? ¡No! Es tres veces más desafiante y también gratificante.
Este nuevo ecosistema digital, virtual y global nos obliga a replantearnos todo el escenario. Las demandantes condiciones ejecutivas nos han llevado al límite de nuestra tolerancia, exigiendo que nos cambiemos ese saco noventero que ya no se ajusta a nosotros ni a la contemporaneidad.
Esta época de aceleración requiere que nos sacudamos la polilla y el olor a naftalina, que nos pongamos otra vez en modo de aprendizaje y descubrimiento.
Es momento de convertirnos nuevamente en alumnos para aprender destrezas y descubrir herramientas de gestión empresarial. Sueño con crear y facilitar un MBM (Máster en Business Management); es más, sueño con introducir un EBBM (Executive Business Bachelor Management), para sembrar esa semilla de innovación y gestión desde las primeras aproximaciones a la educación superior. ¿Qué nuevos ambientes de aprendizaje estás explorando?