Catalejo

¿Puede alguien no-técnico dirigir una entidad técnica?

La atención ciudadana se centra, y así debe ser, en los historiales de todo tipo de los nombrados para ser funcionarios públicos.

El nombramiento del médico y cirujano Félix Alvarado como ministro de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, tan súbita como lo fue el despido de su antecesora, destapa una pregunta: aunque el presidente pueda nombrar a quien desee como integrante de su gabinete, llevar a un ministerio técnico como ese, llama la atención. Seguramente deberá aprender qué es un patrol, una retroexcavadora, una “mica”, un tractor, además de cuál es el mejor material para construir un puente, características necesarias para el diseño y mantenimiento de una carretera y sus peraltes, inclinación de las pendientes, ancho total de la ruta y una larga lista adicional. Debe informar también si estudió eso en su doctorado en administración pública en New York. (El subrayado es mío).


Integrar un gabinete es un puesto político e implica confianza del mandatario. Los adversarios politiqueros de Bernardo Arévalo no tardaron en cuestionar el nombramiento, con el rechazo de la designación por la Comisión de Obras Públicas del Congreso. El currículum político es muy cercano al hoy suspendido partido Semilla, por ser su fundador, al cual dio 44 mil dólares en préstamo obtenido de su fondo de retiro y ya fue pagado, según dijo. El presidente se refirió a algunas causas de la salida de la anterior funcionaria, pero no se refirió a los motivos de la llegada de Alvarado a un puesto convertido en los últimos tres gobiernos en un nido de millonarios por manejos corruptos, perdonados ahora por el Ministerio Público, donde se obedece toda orden de Consuelo Porras.

¿Puede alguien sin conocimientos técnicos hacerse cargo del timón de una entidad donde este factor es básico para el buen funcionamiento del gobierno?


Por simple lógica los ministros deben tener capacidades técnicas en el tema de su cartera, aunque esto no garantiza resultados correctos y por eso arriesgan una permanencia de pocas semanas en su puesto. Es muy importante administrar bien los fondos, pero la ignorancia de aspectos técnicos puede ser el motivo de engaños para esos funcionarios. No tendría sentido nombrar a un arquitecto para economía, a un economista para cultura, a un dentista para educación, por mencionar algunos ejemplos, ni tampoco a quienes han sido funcionarios internacionales o integrantes de otra cancillería u otro gobierno. Lo necesario es el conocimiento, habilidad y experiencia en campos políticos y técnicos, en ese orden. Por supuesto, este criterio también puede fallar, y ha fallado, muchas veces.


Ya tomada esta decisión del Ejecutivo, la tarea del médico-ministro de Comunicaciones debe ser actuar de inmediato, sin más atrasos causantes de la disminución de apoyo dentro de los electores, tanto aquellos limitados a votar, como quienes tomaron las calles en muestra de apoyo. Ante el interés público de su trayectoria, le es muy conveniente dar explicaciones lógicas y sobre todo verdaderas. Al haber saltado de tras el telón al escenario con luces de colores, y como consecuencia del interés ciudadano por todo lo relacionado con el manejo de la cosa pública, el nuevo integrante del círculo más pequeño del organismo Ejecutivo debe aceptar la constante vigilancia de los medios profesionales de comunicación y tener detenida su vida privada.


Demás está la utilidad de divulgar el historial completo de quienes aceptan puestos técnicos, sin serlo, porque en este momento la ausencia de esa información puede provocar problemas al gobierno y también al país. Lo mismo ocurre con los familiares por consanguinidad o por lazos de parentesco político, de quienes se debe informar oficialmente antes de ser descubiertos por investigaciones periodísticas o por venganzas políticas. Las andanzas en varios partidos es otra fuente de conocimiento. Todo esto ayuda a responder la generalizada pregunta del titular de esta columna: ¿puede alguien sin conocimientos técnicos hacerse cargo del timón de una entidad donde este factor es básico para el buen funcionamiento del gobierno? La elemental lógica tiene la respuesta.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.