Nota bene
¿Por qué ganó Trump?
Comunicó autenticidad y competencia.
A una semana de la elección presidencial en Estados Unidos, han surgido decenas de teorías para explicar por qué ganó el republicano Donald Trump con 50.4% del voto popular y 312 de los 270 votos electorales requeridos. Muchos demócratas se sorprendieron al ver el mapa nacional teñido del rojo republicano, pues las encuestas pronosticaban un virtual empate.
Por más sentido común
Los comentaristas en medios como CNN, MNSBC y The New York Times tienden a menospreciar al votante, en lugar de detectar fallas en la campaña de la candidata demócrata Kamala Harris. Afirman que una mujer de color fue rechazada por el racismo y la misoginia de la muchedumbre. Señalan que, del total de electores, 55% de los hombres, 57% de los blancos y 56% de las personas sin estudios universitarios se decantaron por Trump. Políticos como Alexandria Ocasio-Cortez, diputada demócrata de Nueva York, y analistas como Jen Psaki, la exvocera del presidente Biden, advierten que los estadounidenses están por experimentar cuatro años de autoritarismo y la violación masiva de sus derechos civiles. A su entender, Trump es un acosador sexual de mujeres y Hitler reencarnado.
Los progresistas se encerraron en una burbuja y se radicalizaron unos a otros. Se desconectaron del sentir de sus compatriotas, a quienes ahora tachan de basura impensante. Su tendencioso análisis ofrece pobres explicaciones del desenlace electoral.
Trump ganó por cinco importantes razones: la autenticidad, las redes sociales, la economía, la geopolítica y el ambiente cultural. Primero, Trump es sin duda un patán propenso a la exageración, pero es espontáneo y expresa lo que piensa. En cambio, Harris luce como una persona falsa, de opiniones cambiantes. Mintió descaradamente sobre la demencia de Joe Biden, su récord profesional y otros temas.
Segundo, los medios tradicionales obviaron temas ampliamente discutidos en las redes sociales, desde el endoso a la candidatura de Trump por el antes demócrata Robert F. Kennedy hasta los poco investigados intentos de asesinato de Trump. La plataforma X y su dueño, Elon Musk —204 millones de seguidores—, e influenciadores como Joe Rogan —19.4 millones— y Tucker Carlson —cuatro millones—, generaron un clima generalmente favorable al cambio en la Casa Blanca.
Tercero, la situación económica encabeza la lista de preocupaciones ciudadanas. Un 54% de los votantes entrevistados por Gallup en octubre dijeron que Trump manejaría la economía mejor que Harris.
Cuarto, Trump es visto como más competente para administrar la política exterior y hacer valer el interés nacional de Estados Unidos. Se espera que ayude a negociar la paz entre Rusia y Ucrania, China y Taiwán, e Israel y Hamás-Hezbollah, entre otros conflictos.
Finalmente, el resultado electoral revela un hartazgo con el wokeísmo cultural. Un mensaje que leí en X encapsula este sentimiento. El mensaje cuestionaba la lógica de votar por Harris para que dejen de matar bebés palestinos y para poder abortar el propio. Los votantes comprendieron que los republicanos no erradicarán los derechos feministas, ni prohibirían el aborto más allá de los límites fijados por cada estado. Además, aumenta el disgusto con la hipersexualización de los niños y el activismo transgénero entre menores, promovido por salubristas y educadores a escondidas de los padres. Las complejas y arbitrarias reglas en aras de la diversidad, equidad e inclusión (DEI) han hecho mella en colegios, universidad y empresas. Se quiere moderar la corrección política, el racismo inverso y los ataques a la religiosidad innata del pueblo estadounidense. En suma, los electores piden a gritos un retorno al sentido común y a la verdad.