RINCÓN DE PETUL

Plan de erradicación de la propia indocumentación

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Certero suele ser cuando dicen “no tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas”. ¿Por qué el semejante “divorcio” entre las tres importantes oficinas que atienden al emigrado: Cancillería, Instituto de Migración y Renap? Corrupción, piensa uno. ¿Pruebas? Ni una. ¿Dudas? Tampoco.

' Terminar el pimponeo entre Cancillería, IGM y Renap.

Pedro Pablo Solares

Hace más de una década llegaba a alguna congregación en algún lugar del Norte. Levanten la mano quienes tengan su pasaporte al día, pedía a los cien guatemaltecos presentes. En estos lugares de predominancia rural, indígena, la mitad la lograba alzar. La otra mitad, en un limbo, en lo más básico de lo jurídico: la existencia ciudadana. Entre quienes no tenían actualizada la vigencia de su más importante documento; entre quienes jamás lo habían solicitado; y los otros, quienes resultaron rechazados por alguna irregularidad, la norma de estas congregaciones era esa relación: un 50 por ciento indocumentados de su propio país. Guatemala. El único caso. Ni una otra nacionalidad sufre semejante absurdo. Por lo menos ni cerca en dicha proporción. El caso se repetía para otros necesarios actos. La adquisición de la nacionalidad para los niños nacidos afuera del territorio y las tarjetas de identidad consular.

Resalto que este problema se daba ya desde hace más de una década, porque jamás mejoró. Más bien, como tantas otras, empeoró. Basta con dar repaso a las noticias sobre migrantes y consulares durante las gestiones de Pérez Molina, Jimmy Morales y Giammattei. La constante se dio. Migrantes que denuncian inexistencia de pasaportes, y el desdén estatal que se manifiesta en silencios y excusas. La más común de estas últimas, un patético pimponeo entre aquellas tres instituciones mencionadas. La Cancillería, de sofás de cuero y pisos de madera, cultivadora de embajadores, tan concentrados en su burocrática aristocracia, como tan sobrados, inefectivos y distantes de quienes les dan de comer. El Instituto de Migración, cuyo cambio institucional heredó los problemas. Y el Renap, campeón en la inefectividad de alcanzar a la gente afuera. Pídales cuenta. Y todos se señalan, tirándose mutuamente chibola.

En este país la rendición de cuentas se ha deteriorado al punto de ya no existir. Pero aparte de esa obviedad, el pimponeo entre las instituciones ha funcionado tanto y por tanto tiempo, pues la Presidencia de la República, única autoridad capaz de unir a los tres en un mismo sentido, se ha hecho ausente de asumir esa responsabilidad. Esto, a pesar de que el llamado a la figura del presidente es muy claro en este caso. Vea: Uno de los tres miembros del Directorio del Renap, el Ministro de Gobernación, es nombrado directamente por el presidente. El director del Instituto Guatemalteco de Migración también es nombrado directamente por el presidente. Esto, además de que 5 de cada siete miembros de la Autoridad Migratoria Nacional son miembros del Gabinete. Y no digamos la Cancillería, ministerio de alta confianza del primer mandatario, donde sobra enfatizar sobre cuán íntima es la relación con este.

Esperamos estar a las puertas de un primer Gobierno digno en muchos años. La desatención al ciudadano ha provocado que las demandas legítimas hayan crecido. Pero en las prioridades a futuro, es urgente señalar que revertir la existencia de la indocumentación de su propio país en el exterior, debiera ser la primera. Más bien, erradicar ese penoso segmento. Un plan de erradicación de la apatridia y la propia indocumentación, como base necesaria para los siguientes llamados. El problema, como en todo lo demás, será enfrentar las estructuras de corrupción, que son la real explicación del pimponeo absurdo. En este caso, los fortísimos intereses enquistados alrededor de tan humana necesidad, y cuyo resultado ha sido la constante escasez de documentos. Para el presidente entrante, un problema que tiene más que ver con la paralizante corrupción. ¿Existen pruebas? Quizás no. ¿Pero dudas? Seguramente tampoco.

* Esta columna defiende el legítimo resultado electoral del 20 de agosto, y cerrará con este mensaje independiente al tema de cada artículo, hasta la esperada toma de posesión del presidente y vicepresidenta electos Bernardo Arévalo y Karin Herrera, el 14 de enero de 2024.

ESCRITO POR:

Pedro Pablo Solares

Especialista en migración de guatemaltecos en Estados Unidos. Creador de redes de contacto con comunidades migrantes, asesor para proyectos de aplicación pública y privada. Abogado de formación.