ECONOMÍA PARA TODOS

Pandemia de 1918-1919 en la capital

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David McCreery escribió el artículo La pandemia de influenza de 1918-1919 en la Ciudad de Guatemala. Revista Anales de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala, enero a diciembre de 1995, página 111-132. Es la primera investigación profesional hecha sobre este tema. A continuación, extractos de la misma. Entre paréntesis número de página:

Textualmente dice el autor lo siguiente: Desde finales de 1917 hasta el inicio de 1919 fueron muy difíciles para Guatemala, y han de haber girado a muchos de los pobladores del país a considerar la suerte de Job. Todo comenzó en la navidad de 1917, con un temblor muy fuerte, seguido de otros que afectaron la parte central del país, reduciendo a escombros a la capital y mató a decenas de miles de gente, tanto en la ciudad como en el campo. La incapacidad del gobierno para actuar efectivamente no solo agravó los sufrimientos de la población, sino puso además en relieve la debilidad política y económica del régimen, lo cual ayudó a preparar la caída del dictador en 1920 (Manuel Estrada Cabrera). De todas estas penurias, fue más mortífera la pandemia de influenza de 1918-1919, que se inició en agosto y septiembre de 1918, y duró hasta marzo del año siguiente. (111).

' Después del terremoto del 25 de diciembre de 1917 llegó la pandemia, en agosto de 1918.

José Molina Calderón

En una nota al pie, el autor indica que un censo, no publicado, realizado en 1914, daba como población de Guatemala 2.183,166 habitantes, y de la ciudad de Guatemala, 99,099, utilizando como fuente de información al Departamento de Estado Estadounidense, en documentos de 1910 a 1929. (111).

McCreery examina el curso de la pandemia en el país y, particularmente, en la ciudad de Guatemala, así como los esfuerzos de las dependencias públicas y grupos privados para luchar contra la enfermedad, y, finalmente, los efectos que tuvo a corto y a largo plazo. (111).

Al iniciarse las lluvias en mayo de 1918, gran parte de la población estaba todavía hacinada en tiendas de campaña y cobertizos sin saneamiento adecuado y servicios médicos. En junio de 1918, el Diario de Centroamérica comunicó la aparición, sin dar el nombre de la enfermedad, de una gran epidemia aparecida en España; pero no se mencionó públicamente a la existencia de la epidemia de influenza en Guatemala, sino muy avanzado el mes de octubre. Sin embargo, la enfermedad ya se encontraba en Guatemala desde hacía más de dos meses… Fue hasta el 22 de octubre que el diario oficial reconoció que la epidemia de influenza era universal, y que estaba atacando tanto a residentes de la capital, como de los departamentos (113-114).

McCreery dice textualmente: La epidemia parece haber entrado a Guatemala, más o menos simultáneamente tanto por el occidente, a través de México, como por el norte, procedente del Caribe, como a lo largo del ferrocarril de Puerto Barrios… Su ingreso por el altiplano occidental fue rápido y vigoroso, desde San Marcos, en la frontera con México, hasta Chimaltenango, a pocos kilómetros al oeste de la Ciudad de Guatemala… El 30 de noviembre, el gobierno envió a dos médicos a Chimaltenango, a fin de apreciar la situación ahí. Lo que encontraron no fue más que el preludio de lo que esperaba a la ciudad de Guatemala… (114).

De nuevo el autor dice: Estallido de la epidemia en la Capital. El 11 de diciembre los capitalinos o chapines finalmente despertaron del desastre que los rodeaba. Era claro, entonces, según admitía el Diario de Centroamérica, que se estaban dando en la capital muchos casos de influenza española, por lo que era urgente que actuara el gobierno. (115)

ESCRITO POR:

José Molina Calderón

Economista. Consultor en gobierno corporativo de empresas familiares. Director externo en juntas directivas. Miembro de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala. Autor de libros de historia económica de Guatemala.