Godot ha llegado
Objetivo China
El gobierno de Trump retomará la rivalidad de Estados Unidos contra China, y esto beneficia a Guatemala, por alianza con Taiwán.
Temas como la operación militar especial de Rusia en Ucrania y los conflictos de Israel en el Oriente Próximo son prioritarios. El que será el tema más importante de esta segunda gestión trumpista será retomar su rivalidad con China frontalmente. Ya lo había hecho entre el 2016 y el 2020, retomando un principio que fue la primera vez asumido como amenaza a la seguridad internacional en el 2004, durante la administración de George W. Bush, y es contener el crecimiento económico y la presencia política de China alrededor del mundo.
El gobierno de Trump tiene como objetivo detener la creciente influencia de China.
Nadie duda de que China es una superpotencia económica y aspira a ser la principal potencia mundial para el 2050 y busca sus objetivos comprando voluntades políticas con iniciativas como la de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés). China representa el 18% de la economía mundial en términos nominales y el 19% en cuanto a la paridad del poder adquisitivo, lo que la hace la economía más grande del mundo, superando a Estados Unidos. China ha logrado este crecimiento siguiendo las reglas del juego de un sistema liberal internacional impuesto por occidente desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Para evadir esto, China, bajo el liderazgo del partido comunista que controla el país dictatorialmente desde 1949 y la gestión de Xi Jinping, ha sacado sus garras, buscando tomar el control del Mar del Sur de China mediante la creación de islas falsas para reclamarlas como territorio soberano. Estas medidas han provocado demandas en cortes internacionales por parte de países como Brunéi, Indonesia, Malasia, Filipinas, Taiwán y Vietnam, lo que ha provocado la intervención de otros países preocupados por estas acciones unilaterales chinas, como Estados Unidos, India y Japón.
El gobierno de Trump tiene como objetivo detener la creciente influencia de China, por tres razones fundamentales: primero, es la competencia comercial que se disparó a finales de los años noventa del siglo pasado, después de la pésima decisión de poner en el Protocolo de Kyoto sobre cambio climático a China en el Anexo B de “países no contaminantes”, lo que aceleró el crecimiento industrial de aquel país sin frenos ambientales. En los últimos 30 años, China ha contaminado más el medioambiente que todos los países industrializados occidentales en un siglo. Segundo, su presencia e influencia en América Latina. China es el principal socio comercial de Brasil, Chile y Perú y el segundo de México, Argentina y Venezuela. Lo que preocupa a Estados Unidos, aparte de lo comercial, es la influencia política que China ejerce en países como Perú, Bolivia, Venezuela y Nicaragua. Tercero, China es el principal exportador de precursores químicos para producir fentanilo y otros opioides, que constituyen la principal causa de muerte en los Estados Unidos y que han provocado una crisis sanitaria en ese país. A pesar de las promesas de China de mayores controles, la exportación sigue generando más adictos a la mortal droga y las muertes siguen al alza.
Lo positivo de esto para Guatemala es que seguimos siendo el mejor socio de los países que dignamente reconocemos a Taiwán. A pesar de que cada vez hay quienes acá que se dejan encantar por los cantos de sirena de China, nuestra alianza especial con Taiwán debe fortalecerse y más ahora con la elección de Trump. Aparte de esto, hay que aprovechar los proyectos que Taiwán actualmente ofrece para Guatemala en agricultura, medioambiente y desastres naturales, educación, salud y apoyo a mipymes. Aparte de un acompañamiento político en temas de interés internacional para Guatemala. Trump viene con todo contra China, y Guatemala se encuentra en una posición para beneficiarse que se debe aprovechar. ¡Feliz domingo!