ESCENARIO DE VIDA
No votemos por el menos peor, sino por el candidato más apto
En ningún lugar del mundo civilizado se permitiría que un candidato presidencial, alcalde o diputado se postulara si tiene tachas, ha estado en la cárcel o tiene delitos de estafa, de señalamientos de corrupción, procesos judiciales e incluso órdenes de extradición. ¿Por qué nosotros lo estamos permitiendo?
La Ley Electoral y de Partidos Políticos establece que los secretarios generales son personalmente responsables del cumplimiento de los fines establecidos de la Ley Electoral que debe dictar la escogencia de candidatos probos. Al parecer, se está haciendo caso omiso de mecanismos claros y transparentes que demuestren los resultados del ejercicio de determinación de capacidad, idoneidad y honradez para cada postulante.
Estamos frente a 30 partidos políticos, con 23 candidatos confirmados, dos alianzas, dos sin candidatos presidenciales y a tres que les rechazaron la inscripción. Más bien pareciera un concurso de Miss Guatemala que una contienda electoral seria. Es un hazmerreír ver cuantiosos partidos desfilando a muchos de sus candidatos que distan de ser los idóneos. Aunque hay poquísimas excepciones, lo lamentable es que los “buenos” y más aptos quizás vayan a la cola.
¿Entonces por quién vamos a votar? ¿Por el menos peor o por el que tiene más vallas en las calles? ¿Por el que regala a manos llenas o por el que usa dinero mal habido para su campaña millonaria?
En primera instancia debemos elegir candidatos que prioricen la educación y entiendan que es la clave para construir un futuro. Candidatos que se preocupen por el bienestar tanto de citadinos como de campesinos o pueblos indígenas, y que trabajen en planes para dar igualdad de oportunidad a todos y acceso a la prosperidad que se merecen.
' Debemos elegir líderes comprometidos con la construcción de un país justo, inclusivo y próspero para todos.
Vida Amor de Paz
En segunda instancia, no debemos olvidar que la salud de los guatemaltecos, especialmente de los menos afortunados, es crucial. Por ende, votemos por candidatos que tengan como mira velar por disminuir los impuestos en las medicinas. Candidatos que se rodeen de personas íntegras, que sepan administrar los bienes y recursos del Estado. Elijamos candidatos que luchen por la justicia y la transparencia en la administración de los recursos públicos. ¿Cree Ud. que todos los que tienen tachas se aproximen a lo descrito? Debemos elegir líderes comprometidos con la construcción de un país justo, inclusivo y próspero para todos.
Si separamos entre todos los candidatos a aquellos que sí son probos, decentes y capaces, quizás nos quedemos con menos de media docena. Si concienzudamente analizamos a cada uno formaremos mejor opinión. De esa forma vamos filtrando y poco a poco tendremos dos o tres entre los que debemos escoger. Quizás los encontremos a la cabeza, en medio o al final de la lista. Si esta vez no escogemos al menos peor, por fin veremos el cambio y no repetiremos la historia, porque el cambio nos traerá seguridad, menos violencia y oportunidades para todos.
Pido a mis amigos lectores que no se dejen llevar por promesas vacías y palabras bonitas. Les pido que analicen detenidamente las propuestas de cada candidato y que elijan a quienes verdaderamente se preocupan por el bienestar de nuestra sociedad. Agrego a todo lo anteriormente descrito que sea un candidato al que le interese el cuidado del medioambiente y la cultura.
Ahora es el momento de elegir líderes que nos representen y trabajen incansablemente por el bienestar de nuestra sociedad. Todos juntos podemos hacerlo para construir un futuro mejor para Guatemala. ¿Se dan cuenta de que nosotros como ciudadanos tenemos el poder de lograrlo? ¡Les ruego que dejemos de votar por el menos peor!