REGISTRO AKÁSICO

No vale la pena el rigor académico

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La gente viaja a EUA por el mal gobierno. Ricardo Zúñiga, graduado en la Universidad de Virginia, director de estudios en la Universidad de la Defensa y en el Wilson Center, valora los programas de gobierno relacionados con la migración. No se hable de Katie Tobin, la maestra en la oficina de Analítica Avanzada, para formar agentes de la CIA, exoficial de Acnur y funcionaria del departamento de Homeland Security. Posiblemente jamás se interesaron en la teoría de la migración latinoamericana, pero seguramente sí estudiaron las teorías norteamericanas, empezando por la Escuela de Chicago. No obstante, las pasan por alto.

En los ambientes académicos, durante la última veintena del siglo pasado, se generó una disputa teórica sobre la migración. Dada la hegemonía marxista, los más burdos la explicaban por razones estructurales. En pocas palabras, la expulsión de nacionales se debe a la carencia de empleo, falta de condiciones de trabajo como tierra, herramientas, etc.

Algunos estudiosos con perspicacia la pusieron en duda, pues si tal causal operaba, entonces se debía explicar la razón de la mayoría para quedarse. La razón no era generalizable; por lo tanto, se comenzó a enfatizar en factores psicológicos o efecto llamada. La televisión mostraba hogares felices, casas con superabundancia de bienes y automóviles fáciles de adquirir. El viaje al lugar del despilfarro calaba en hedonistas gustosos de la aventura. En consecuencia, no todos atendían la invitación, sino ciertas personalidades.

' Inspiración divina es la base de la teoría de la migración para los funcionarios norteamericanos.

Antonio Mosquera Aguilar

Otros más insistieron en la situación económica, pero asociada a un cálculo económico. En California, en 2021, el salario mínimo por hora es de US$14. Es decir, quien barre en una empresa de más de 26 trabajadores gana Q25 mil al mes, la mitad de lo que gana un ministro, el ingreso de un profesor de élite en la universidad pública, lo asignado a un médico especialista del ministerio, el doble de lo que gana un juez y 10 veces lo que ganaría con esas mismas labores en Guatemala.

Pocos negaron el desbalance. Decían que el trabajo socialmente necesario tenía una base interna dentro de un sistema económico. En consecuencia, no había inadecuación económica. Otros, en cambio, manifestaron que existía un intercambio desigual. A través de mecanismos administrativos, políticos y financieros, los EUA y sus aliados industrializados mantenían una ventaja artificial en las relaciones económicas. Obligan a contraer préstamos, impiden proyectos económicos propios y obstaculizan la libre competencia mercantil. El objetivo era contar con una población nativa dispuesta a emprender acciones militares de imposición frente a quienes se rebelaran. El efecto llamada tenía base objetiva.

Lourdes Arizpe, una antropóloga mexicana, añadió “la migración por relevos”. Indicó que las familias campesinas viajaban a la ciudad para obtener ingresos en labores domésticas, jardinería o guardianía; pero con los años volvían a sus hogares rurales para recibir la solidaridad de sus coterráneos. En la migración de guatemaltecos a México demostré que era pendular con mi estudio de 1990. Por carencia de trabajadores estacionales, los jornaleros nacionales viajaban a levantar la cosecha de café en Chiapas y volvían al país, sin desplazar a fuerza de trabajo chiapaneca, pues estos gozaban de una fuerte economía campesina.

Por caminos inescrutables, los genios norteamericanos descubren al gobierno como el factor desencadenante. No atendimos a la inspiración divina, mientras los funcionarios de EUA lo pregonan: el éxodo se debió al mal gobierno del Faraón.

ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.