PUNTO DE ENCUENTRO
No estamos dispuestos a callar
La captura del periodista José Rubén Zamora Marroquín, fundador y presidente de elPeriódico, termina de consolidar el régimen autoritario que Giammattei y sus socios del Pacto han configurado en los últimos dos años.
' El periodismo independiente en Guatemala no calla cuando los poderosos mienten.
Marielos Monzón
El zarpazo no habría sido posible sin el concurso de la incondicional María Consuelo Porras Argueta, reelecta para garantizar el entierro del Estado de Derecho y el uso malicioso de la acción penal como herramienta permanente de persecución y castigo de voces críticas y opositores.
No podía faltar el recién estrenado miembro de la Lista Engels de actores corruptos, José Rafael Curruchiche Cucul, jefe de la Fepi —Fiscalía Especial Proimpunidad— quien apareció en escena en los medios afines al Pacto, encabezados por los tristemente célebres canales de la televisión abierta propiedad de Ángel González, para anunciar que el allanamiento a la residencia de Zamora y su inminente captura no obedecía a su quehacer como periodista, sino como “empresario”.
Un paréntesis. La primicia no fue de los canales del monopolio sino de la Fundación contra el Terrorismo (FCT), cuyos personeros iniciaron con la difusión de la información sobre el allanamiento, compartiendo publicaciones de cuentas anónimas desde las 14 horas con 28 minutos. Mismo modus operandi que en otros casos contra jueces y fiscales en los que el “anuncio” de las acciones de la fiscalía no lo hace el MP, sino los netcenter.
Mucha razón tienen los obispos en afirmar en su comunicado (30/7) que: “El papel protagónico de la Fundación contra el Terrorismo en éste como en otros muchos casos anteriores de persecución de operadores de justicia, confiere a esta fundación un papel hegemónico en los procesos de administración de justicia y de operativos del MP y del Organismos Judicial”. Pregunta obligada: ¿quién financia a la FCT?
Sigamos. Sin que le preguntaran, porque la charla entre el entrevistador y el fiscal parecía más un café entre compadres, Curruchiche agregó que la acción del MP no era un atentado contra la libertad de prensa. Como decía mi abuela, explicación no pedida, culpabilidad manifiesta.
Por supuesto que al fiscal se “olvidó” mencionar que, mientras él hablaba, continuaba el allanamiento a las oficinas de elPeriódico, que dicho sea de paso se extendió por más 16 horas. Poco faltó para que la acción de policías y fiscales impidiera la impresión del diario. Fue el compromiso de las y los periodistas y trabajadores lo que se impuso y la edición digital e impresa —denunciando el atropello— estuvo disponible a pesar de las dificultades. Una muestra más de que el periodismo independiente en Guatemala no se calla cuando los poderosos mienten.
La narrativa mentirosa del MP y sus adláteres tendría alguna credibilidad si no fuera porque las portadas de elPeriódico del último año y medio reflejan con crudeza los desmanes de la actual administración, cuyo hilo conductor es la gran corrupción que los hermana con sus socios del Pacto: empresarios y políticos corruptos, militares violadores de derechos humanos y miembros del crimen organizado que intentan imponernos la dictadura del silencio y la impunidad.
Recordemos solo algunas: 2/8/21 “Los chats que revelan la fuga de información del Despacho del MP”; 24/8/21 “Así fue como los rusos le entregaron a Giammattei una alfombra llena de dinero”; 25/8/21 “Los 7 días que nos visitaron los rusos”; 16/7/22 “Contratos de empresa cercana a Giammattei ascienden a Q919 millones”… y así podríamos seguir.
Estas, y no otras, son las razones por las que José Rubén Zamora está en prisión y elPeriódico está bajo acoso. Pero aquí estamos colegas, para lo que se requiera. Que les quede claro a Giammattei, Porras y al Pacto que no estamos dispuestos a callar.