Por la libertad
Necesitamos un aeropuerto privado
Mientras no se cambie el sistema de administración y operación del Aeropuerto Internacional de Guatemala, seguiremos con deficiencias.
Hace rato quería volver a escribir sobre el Aeropuerto Internacional La Aurora y no lo hice esperando cambios positivos de este gobierno. Había escrito el 14 de julio de 2022 un artículo titulado “Aeropuerto Internacional La Aurora”, pero desde entonces, las cosas no presentan una notable mejoría. Los cambios no llegan o llegarán tarde porque, como en todo, el gobierno es ineficiente en lo que administra. El aeropuerto debería ser privado y no estatal.
Todo lo que está en manos del gobierno toma tiempo y no funciona eficientemente. Las carreteras e infraestructura estatales son un verdadero desastre, al igual que las calles de las ciudades y pueblos del país. El sistema de justicia es otro desastre que demuestra su ineficiencia por lo tardado, politizado y la percepción de corrupción. La policía nacional está llena de casos sonados de boca en boca de actos de soborno. Además, los servicios públicos son deficientes y la atención a las personas es pésima. Los hospitales públicos son una vergüenza por la falta de medicinas y espacios. Los puertos están colapsados, y así podría seguir mencionando tantos casos de instituciones donde el gobierno es el administrador que no funcionan nada bien. El aeropuerto es tal vez el caso más visible para los turistas y usuarios de esa instalación en el país.
Como usuario del Aeropuerto Internacional La Aurora, esperaba que las escaleras eléctricas ya funcionaran, pero no. Al ingresar de un viaje, te hacen pasar por una serie de rampas unidas hacia el área de migración. Una vergüenza para un aeropuerto internacional. Cuando llueve, por algún motivo se siente un mal olor en ciertas partes del aeropuerto, especialmente cuando uno va a recoger las maletas. Siguen las goteras en algunas partes del área de abordaje. Los ascensores no funcionan. Ahora se han puesto más estrictos con el área donde se recoge a los pasajeros, lo cual me parece bien, pero eso casi que te obliga a usar el estacionamiento. Sin embargo, si te estacionas en el nivel de arriba, no puedes subir tus maletas por el ascensor, sino que tienes que usar la rampa. Las maletas se siguen cayendo en algunas partes de las bandas transportadoras. El aire acondicionado sigue sin funcionar o es insuficiente, y apenas hasta hace un par de semanas me enteré de que se iba a licitar uno nuevo.
Los cambios no llegan o llegarán tarde porque, como en todo, el gobierno es ineficiente en lo que administra.
Esto se agrava cuando uno se entera de que a algunos pasajeros les han robado algunas de sus pertenencias de las maletas al ingresar al país. No es que no pasara antes, es que ahora lo han denunciado y se ha publicado en diferentes medios. Se debe a una falta de controles y deficiencias de seguridad. Aquí solo menciono lo que se ve, pero en algunas ocasiones, los representantes de las aerolíneas se han quejado de deficiencias en la pista. Esto ya puede poner en peligro la seguridad de los pasajeros.
Se ha hablado de que el aeropuerto se administre privadamente. Creo que sería un paso positivo, pero mejor si se privatiza completamente y se permite que cualquier persona pueda invertir y operar un aeropuerto en el país. Esto es extensivo a los puertos y cualquier carretera. Sería mucho más eficiente. Alguien me diría que no se puede. Claro que sí, ya existen aeropuertos completamente privados en el mundo. Entre los mejores 20 del mundo se encuentran los dos principales de Tokio, Japón; el de Heathrow, en Londres; Kansái, en Osaka, Japón; y el de Sídney, Australia.
Mientras no se cambie el sistema de administración y operación del aeropuerto internacional de Guatemala, seguiremos con deficiencias. El modelo actual no es sostenible, es ineficiente.