El volcán de Agua reventó tras tormentas torrenciales, sepultando a la viuda del conquistador Pedro de Alvarado y sus doncellas, poco después de que se convirtiera en una de las primeras mujeres en ocupar un alto cargo en la América española. Doña Beatriz, el 9 septiembre de 1541, ignorando la terrible suerte que le aguardaba apenas horas después de haber sido nombrada gobernadora de Guatemala, murió la noche siguiente al derrumbarse la capilla en la que se había refugiado junto a sus doncellas cuando una riada, lodo y piedras destruyó la antigua ciudad de Santiago de los Caballeros. Doña Beatriz pasó a la historia de Guatemala con el nombre que ella misma quiso darse: la Sin Ventura.

Este fue el primer desastre volcánico en Guatemala, pero hubo otros, como el producido por el volcán de Fuego. Los conquistadores españoles erraron al levantar la ciudad de Santiago de los Caballeros en la falda del volcán de Agua, pues desconocían su nombre en lengua maya —Hunahpú, que significa “monte tirador de agua desde cuevas escondidas”—. Pagaron muy cara su ignorancia y desprecio de los antiguos pobladores de Santiago de los Caballeros.

La ciudad de Antigua Guatemala fue la tercera capital que los españoles establecieron después de Iximché, Almolonga, Panchoy y, finalmente, Valle de la Asunción, donde actualmente se ubica la ciudad de Guatemala.

Esta tercera capital, Panchoy, fue fundada el 10 de marzo de 1543, y nombrada ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, en 1566.

La Antigua Guatemala fue declarada patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco, en el año 1979. Esta bella y mágica ciudad colonial guarda casi 500 años de historia, con una excepcional vista hacia los volcanes de Agua, Fuego y Acatenango.

Los terremotos de 1773 la destruyeron casi en su totalidad. A pesar de haber sido una ciudad proscrita y abandonada para crear una nueva capital, paulatinamente sus pobladores volvieron a darle vida a la ciudad, que hoy es uno de los mayores atractivos turísticos de Guatemala. Su arquitectura colonial aún conserva sus características.

Varios trabajos al respecto se han realizado, como el de Verle Annis Antigua Guatemala 1543-1773 y Arquitectura monumental de la Antigua Guatemala por J. M. Magaña. Y dos planes reguladores de Antigua Guatemala.

Además, existe una ley protectora sobre la Antigua y diferentes planes reguladores, maestros urbanos que se han realizado sobre la Antigua Guatemala.

La Antigua Guatemala resguarda conjuntos históricos, que resaltan su belleza arquitectónica y cultural, atributos que el 26 de octubre de 1979 merecieron el reconocimiento de la Unesco como patrimonio cultural de la humanidad, organismo que, dentro de sus atribuciones, busca salvar y mantener el patrimonio, estimulando la creación y la conservación de entidades culturales.

También otro ejemplo ocurrido en varias ciudades es el caso de la erupción del Vesubio en Pompeya, Italia, en el año 79 d. C., que fue una antigua ciudad romana situada en la Campania, a orillas del golfo de Nápoles, próxima a la actual Nápoles.

El Vesubio bañó con lava toda la ciudad de Pompeya, conocida por su destrucción a consecuencia de la enorme cantidad de cenizas y piedras volcánicas, piedras pómez y otros productos volcánicos acumulados dentro del cono del volcán, cayendo sobre esta ciudad romana. Las reconstrucciones de la erupción y sus efectos varían considerablemente en los detalles.