CON OTRA MIRADA
Los primeros arquitectos modernos y contemporáneos
Hacia 1940, profesionales graduados en el extranjero, formados en los albores del modernismo, constituyeron la asociación Centro de Arquitectos, alrededor de la empresa Las Quebradas. Entre ellos y lugar de estudio estuvieron los arquitectos Rafael Pérez de León, Joaquín Olivares, Enrique Riera Isern y Juan Domergue, Francia; Roberto Hoegg, Erick Kuba, Guillermo Krebs, René Larrave A., Gustavo Jacobstal y Antonio Holzheu, Alemania; Jaime Willard, Roberto Cordón, Alberto Novella, Roberto Irigoyen, Carlos Asensio Wunderlich y Carlos Faeh Peláez, EE. UU; Gabriel Damico, Luis Ángel Rodas y Manlio Ballerini, México; el ingeniero José Minondo, el constructor Manuel Moreno y el empresario Francisco Cirici, España, y los ingenieros Óscar Muratori y Óscar Martínez Dighero, Usac. En ese período volvieron los arquitectos Raúl Minondo Herrera y Roberto Irigoyen Arzú, y el ingeniero Edgar Lange, dedicándose al libre ejercicio de su profesión. En 1949 regresó Pelayo Llarena Murúa, fallecido el pasado 10Dic2020.
' Con el fallecimiento de Pelayo Llarena se reduce el grupo de arquitectos modernos y contemporáneos.
José María Magaña Juárez
A mediados de 1952 vinieron Roberto Aycinena Echeverría, Carlos Haeussler Uribio y Jorge Montes Córdova, tras haber estudiado Arquitectura en México, los dos primeros, y en EE. UU., el tercero, quienes durante sus primeros años en México forjaron una perdurable amistad, mientras lucubraron sobre la creación de una facultad de Arquitectura en Guatemala. Jorge Montes entró a trabajar a la Dirección General de Obras Públicas, en donde Rodolfo Galeotti Torres era dibujante, vinculado a la Escuela Nacional de Artes Plásticas. Efraín Recinos, estudiante de Ingeniería y de la Escuela de Artes Plásticas, concursó en esos días para optar a una plaza de dibujante.
En ese ambiente de trabajo técnico y artístico se fortaleció la idea de crear la Facultad de Arquitectura. Jorge Montes fue su catalizador. Escribió al decano de la Facultad de Ingeniería de la Usac, ingeniero Humberto Olivero, solicitando apoyo ante el Consejo Superior Universitario; la idea fue bien recibida, mas no atendida, por razones de presupuesto, por lo que, en 1953, la Facultad de Ingeniería creó el Departamento de Arquitectura, en donde se impartieron los cursos pertinentes, complementados con los técnicos y científicos, propios de la Ingeniería. El arquitecto Pelayo Llarena era catedrático de Dibujo Constructivo. Los catedráticos de Arquitectura fueron Jorge Montes, Roberto Aycinena y Carlos
Haeussler. Se sumaron la Facultad de Humanidades y la Escuela Nacional de Artes Plásticas, con la participación de los licenciados Hugo Cerezo Dardón, Guillermo Putzeys Álvarez y José Matta Gavidia, creándose las cátedras de Psicología del Arte, que impartió el licenciado Jaime Barrios Peña, e Historia del Arte, por la doctora Josefina Alonso de Rodríguez. Los cursos de dibujo natural, figura humana y modelado estuvieron a cargo de los maestros Roberto González Goyri, Dagoberto Vásquez, Rodolfo Galeotti Torres y Guillermo Grajeda Mena.
También participaron los colegas Jorge Molina Sinibaldi, Roberto Ogarrio, Jorge Mario Mencos, Hugo Bendfeldt, Joaquín Olivares, Rafael Pérez de León, Roberto Cordón, Raúl Minondo y Carlos Asencio Wunderlich. Alberto Novella, propietario de la empresa Las Quebradas, y Julio Lowenthal Foncea colaboraron con los tableros de dibujo. De los estudiantes de Ingeniería que se inscribieron en el nuevo Departamento estuvieron Guido Ricci, Hermes Marroquín, Virgilio García, Rubén Santiago Bailey, Arturo Molina, Fabio González, Rafael Sabbagh y Diógenes Toledo. Se les sumó Víctor del Valle, quien había cursado dos años de Arquitectura en la Unam. Al crearse la nueva Facultad en 1958, completaron el ciclo académico, con un excedente de cursos aprobados.
Con el reciente fallecimiento de Pelayo Llarena se redujo el grupo de los primeros arquitectos modernos y contemporáneos en Guatemala, formadores de al menos ocho promociones, entre las que me incluyo.