A CONTRALUZ
Los golpistas no se dan por vencidos
La llegada al país de Brian A. Nichols, subsecretario de Estado, dejó clara la importancia que para Washington tiene que Bernardo Arévalo asuma la Presidencia en enero próximo, porque le representa un interlocutor válido en una conflictiva Centroamérica. La reunión que el visitante sostuvo con los dirigentes de los pueblos indígenas representó un espaldarazo a las manifestaciones pacíficas y la legitimidad que estos tienen por su lucha a favor de que se respete el voto. Esta visita también demostró la actitud hostil del presidente Alejandro Giammattei, que se negó a entrevistarse con el enviado de la Casa Blanca, lo cual lo termina de desenmascarar como el artífice del golpe de Estado no tradicional. Aunque la ultraderecha celebre su actitud por una supuesta defensa mal entendida de la soberanía, lo que hizo el mandatario fue aislarse más de lo que ya estaba. Nichols les recordó a los empresarios que EE. UU. no está dispuesto a aceptar acciones que violenten la voluntad popular, lo que fue muy oportuno, en particular para quienes desde el sector privado aún creen que es posible evitar que Arévalo tome posesión.
' Si no logran evitar que asuma la Presidencia, los golpistas le preparan a Arévalo un asedio para que fracase su futuro gobierno.
Haroldo Shetemul
El mal talante de Giammattei dice mucho. Pese a los tropezones que ha afrontado su maquinaria golpista, no se da por vencido. Aún apuesta por el escenario en el que Arévalo no toma posesión de la Presidencia. Para ello, Consuelo Porras y Rafael Curruchiche continúan el hostigamiento contra los magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y ahora contra miembros de las juntas receptoras de votos. El objetivo sería deshacerse de los actuales magistrados e imponer a otros que estén dispuestos a anular las elecciones, para lo que cualquier pretexto sería válido. También se sabe que Curruchiche sigue preparando el golpe contra el presidente electo para que no asuma y lograr la cancelación de Movimiento Semilla como partido político. Este escenario sería el más peligroso e impredecible porque podría enfrentar un mayor nivel de rechazo ciudadano, además de las sanciones que les han cantado Washington y la Unión Europea y que perjudicarían al sector empresarial y a la población de bajos recursos.
Los golpistas también tienen preparado un escenario adverso si no logran evitar que Arévalo asuma la Presidencia. Se trataría de un asedio desde todos los flancos para lograr que fracase el próximo gobierno. El primer misil es dejarle un presupuesto nacional limitado a Q124 mil 800 millones, cuando el futuro gobierno ha solicitado que se incremente a Q127 mil 600 millones. Esta situación podría generar problemas para poner en marcha los programas que ha ofrecido. En este escenario también entra el MP, que podría maniobrar para la desaparición de Semilla como partido político, lo que dejaría a Arévalo sin bancada parlamentaria y a merced de una mayoría de diputados opuestos. A eso se agregaría que el nuevo gobierno afrontaría problemas para implementar su promesa de lucha contra la corrupción porque frente a sí tendría la muralla de la impunidad, conformada por la fiscal general, Consuelo Porras, y un Organismo Judicial nada amigable.
Frente a este escenario es prioritaria la búsqueda de consensos entre los diferentes sectores para que prevalezca la voluntad ciudadana. Por ello, es fundamental el proceso de diálogo, cuyo mediador es el cardenal Álvaro Ramazzini, quien ha logrado reunir a grupos que han mantenido posturas históricas enfrentadas. El sector empresarial y los dirigentes de los pueblos indígenas tuvieron un primer contacto en las pasadas semanas, bajo los auspicios de la embajada de EE. UU., y ahora han vuelto a reunirse en torno a este diálogo, que incluye al presidente electo. Si bien es entendible que existen resquemores por la presencia del otro, lo importante es que este acercamiento tiene un objetivo central: la defensa de la democracia.